El presidente de Rusia, Vladímir Putin, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, firmaron el miércoles un acuerdo de colaboración que incluye un compromiso de ayuda mutua en caso de que cualquiera de las dos naciones sea atacada.
La primera visita de Putin a Corea del Norte en 24 años se produce en un momento de creciente preocupación por un acuerdo armamentístico por el que el Norte proporciona a Rusia municiones muy necesarias para alimentar su guerra en Ucrania, a cambio de ayuda económica y transferencia de tecnología.
El acuerdo, descrito como una «asociación estratégica integral», elevará la relación entre ambos países al nivel de alianza y facilitará la cooperación en áreas como política, economía, cultura y militar.
Putin y Kim indicaron que gran parte de la cumbre estuvo centrada en la seguridad y cuestiones internacionales, sin descartar desarrollar una cooperación técnico-militar.
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Rusia y Corea del Norte también firmaron acuerdos de cooperación en sanidad, educación médica y ciencia. La visita de Putin a Pyongyang se produjo en medio de una escalada de los enfrentamientos de ambos países con Occidente por las sanciones impuestas.
En Washington, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, afirmó que la visita de Putin al Norte ilustra cómo Rusia intenta “de forma desesperada, desarrollar y fortalecer relaciones con países que pueden proporcionarle lo que necesita para continuar la guerra de agresión que inició contra Ucrania”.
El pacto prevé asistencia mutua en caso de agresión, lo que podría significar un mayor apoyo ruso a la guerra de Putin en Ucrania. Además, el acuerdo puede socavar los esfuerzos occidentales para frenar el programa nuclear y de misiles de Corea del Norte.
¿Qué hay detrás del acuerdo Rusia-Corea del Norte?
El pacto fue una de las recompensas más visibles que Kim Jong Un ha obtenido de Moscú a cambio de las decenas de misiles balísticos y más de 11,000 contenedores de municiones que, según Washington, Corea del Norte ha suministrado en los últimos meses para contribuir a la guerra de Putin en Ucrania.
El acuerdo representa lo más lejos que ha llegado el Kremlin en su apoyo a Corea del Norte, tras años de cooperación con Estados Unidos en la ONU para frenar el programa nuclear y de misiles de Pyongyang, un cambio que se aceleró tras la invasión rusa a Ucrania.
Putin denunció los intentos de culpar a Corea del Norte del deterioro de la seguridad en la región, y afirmó que Pionyang tiene derecho a reforzar su defensa. Kim, por su parte, elogió la «extraordinaria previsión» de Putin y calificó el pacto como el «acuerdo más poderoso» de la historia entre ambos países.
La promesa de asistencia mutua alarma a Washington y sus aliados, ya que podría suponer un mayor apoyo ruso a la guerra en Ucrania, y socavar los esfuerzos por frenar el programa nuclear y de misiles de Corea del Norte.