Este lunes, Austria, Alemania, Dinamarca, Noruega y Suecia anunciaron la suspensión de las decisiones sobre las solicitudes de asilo de ciudadanos sirios, tras la reciente caída del gobierno de Bashar al Asad.
La situación en Siria ha generado una gran incertidumbre, lo que ha llevado a estos países a reevaluar sus políticas migratorias.
Gerhard Karner, ministro del Interior de Austria, explicó que se están preparando programas para la repatriación y deportación a Siria.
Desde 2015, Austria ha acogido a cerca de 87.000 sirios, pero el gobierno conservador ha endurecido las políticas migratorias ante el auge de la extrema derecha.
Alemania también ha congelado las decisiones sobre los procesos de asilo en curso, citando la «incertidumbre actual» como razón principal.
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Dinamarca y Suecia han seguido el mismo camino, suspendiendo la tramitación de solicitudes debido a la inestabilidad en Siria. Carl Bexelius, de la Agencia Nacional de Migraciones sueca, indicó que no es posible evaluar los motivos de protección en este contexto.
Noruega también ha decidido esperar a que la situación en Siria se estabilice antes de proceder con las solicitudes.
Francia, por su parte, está considerando suspender solicitudes similares y tomará una decisión en breve.
La decisión conjunta de estos países refleja un cambio significativo en las políticas migratorias europeas hacia los refugiados sirios. A medida que la situación en Siria evoluciona, los gobiernos europeos se enfrentan al desafío de equilibrar la seguridad nacional con el compromiso humanitario hacia los desplazados por el conflicto.