Este miércoles, 133 cardenales menores de 80 años inician el cónclave en la Capilla Sixtina para elegir al sucesor del fallecido Papa Francisco, en un proceso marcado por la diversidad y la división interna de la Iglesia.
Vaticano abre proceso papal
La jornada clave para la Iglesia católica comenzó a las 10:00 (hora local) con la tradicional misa Pro eligendo Pontifice en la basílica de San Pedro, presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio. En su homilía, el purpurado instó a los electores a actuar con “unidad, discernimiento y responsabilidad”, recordando que la decisión “debe abandonar cualquier consideración personal” y buscar la comunión en la diversidad.
A las 16:15, los cardenales se congregaron en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico para iniciar la procesión solemne hacia la Capilla Sixtina, entonando letanías y el himno Veni Creator Spiritus, invocando la asistencia del Espíritu Santo. Uno a uno, los cardenales ingresaron en la histórica capilla e hicieron su juramento de secreto ante el Evangelio. El maestro de ceremonias, monseñor Diego Ravelli, pronunció el tradicional “Extra omnes” -“fuera todos”-, ordenando la salida de toda persona ajena al cónclave y procediendo al cierre de las puertas.

El cónclave de 2025 es el más concurrido y multicultural de la historia, con cardenales de 71 países y un colegio electoral notablemente joven. El proceso se desarrolla bajo estrictas normas de aislamiento: los electores quedan incomunicados, sin acceso a teléfonos ni dispositivos electrónicos, para garantizar el secreto y la transparencia de la elección.
La votación comenzará esta tarde, y el resultado se anunciará con la tradicional fumata: blanca si hay nuevo papa, negra si no. Para ser elegido, el futuro pontífice debe obtener al menos dos tercios de los votos, es decir, 89 sufragios. Si no hay acuerdo en la primera votación, el proceso continuará con hasta cuatro escrutinios diarios, alternando mañanas y tardes, hasta alcanzar el consenso necesario.
Entre los favoritos para suceder a Francisco figuran el cardenal Pietro Parolin, actual secretario de Estado vaticano; el filipino Luis Antonio Tagle; el italiano Matteo Zuppi; y el estadounidense Robert Francis Prevost, entre otros. Sin embargo, el cónclave se perfila como muy polarizado, con divisiones entre quienes desean continuar el legado reformista de Francisco y quienes apuestan por un giro más conservador.
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La muerte de Francisco, ocurrida el pasado 21 de abril, puso fin a un pontificado marcado tanto por reformas como por tensiones internas. El cónclave actual refleja esas fracturas, con sectores conservadores y progresistas midiendo fuerzas en una elección que podría definir el rumbo de la Iglesia para las próximas décadas.
Se espera que la primera fumata se produzca entre las 18:00 y las 19:00 horas, aunque previsiblemente será negra, indicando que aún no hay acuerdo. Cuando finalmente se alcance el consenso y se produzca la fumata blanca, el nuevo papa -el número 267 de la historia- será presentado al mundo desde el balcón central de la basílica de San Pedro.
El mundo observa expectante un proceso milenario que, más allá de su ritual, decidirá el futuro espiritual y político de más de 1.300 millones de católicos en todo el planeta.