A pocas horas del inicio del cónclave que elegirá al sucesor del papa Francisco, el Vaticano ha activado un riguroso protocolo de seguridad y confidencialidad sin precedentes para garantizar la absoluta discreción del proceso. Este miércoles 7 de mayo, 133 cardenales electorales se encerrarán en la Capilla Sixtina para votar bajo estrictas medidas que incluyen la desactivación total de las señales telefónicas y el uso de inhibidores de señal en los alrededores del recinto sagrado, según informaron medios oficiales italianos y la agencia ANSA.
A partir de las 15:00 horas locales (9:00 a.m. en Miami) de este miércoles, una hora y media antes de que los cardenales ingresen a la Capilla Sixtina, todas las señales de teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos serán bloqueadas en el Vaticano. Esta medida busca impedir cualquier tipo de comunicación o vigilancia electrónica que pueda comprometer la privacidad del proceso electoral, que tendrá lugar en un ambiente de aislamiento absoluto.
Además, se instalarán inhibidores de señal en las inmediaciones del Palacio Apostólico para reforzar la seguridad y evitar interferencias externas. La señal telefónica se cortará únicamente dentro del perímetro del Vaticano, sin afectar la Plaza de San Pedro, donde se espera la presencia de fieles y medios de comunicación.
Los 133 cardenales electores, que ya se encuentran en Roma, entregaron sus teléfonos y dispositivos electrónicos desde este martes, y no los recuperarán hasta que concluya el cónclave. Este ritual forma parte de una tradición milenaria que busca mantener el proceso “con llave” -de ahí el nombre cónclave, del latín cum clave– y evitar filtraciones.
Los cardenales permanecerán recluidos en la Capilla Sixtina, sin contacto con el mundo exterior, y harán un voto de guardar “absoluto y perpetuo secreto” sobre todo lo que suceda durante las deliberaciones. Esta clausura incluye también al personal técnico y de mantenimiento del Vaticano, como electricistas, fontaneros y ascensoristas, quienes han prestado juramento de confidencialidad y permanecerán en el recinto sin contacto con sus familias.
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La seguridad en la Plaza de San Pedro se ha reforzado notablemente con puestos de control, detectores de metales y sistemas antidrones para garantizar la protección de los fieles y evitar cualquier incidente durante el desarrollo del cónclave.
El proceso de elección se inicia con una misa solemne en la Basílica de San Pedro, seguida por la invocación al Espíritu Santo en la Capilla Paulina. Luego, los cardenales se reunirán a puertas cerradas para comenzar las votaciones, que se realizan hasta cuatro veces al día (dos por la mañana y dos por la tarde). Si tras varias rondas no se alcanza un consenso, el proceso contempla pausas para oración, reflexión y exhortaciones espirituales impartidas por cardenales de distintas órdenes.