Un terremoto de magnitud 6.6 en la escala de Richter ha sacudido el sureste de Japón, dejando nueve personas heridas y causando daños significativos en infraestructuras. El sismo ha afectado especialmente a las islas de Shikoku y Kyushu, dejando a varios edificios sin agua debido a la rotura de importantes tuberías.
El epicentro del sismo se situó en el Canal de Bungo, un estrecho que separa Shikoku de la isla principal meridional de Kyushu. A pesar de la magnitud del terremoto, la Agencia Meteorológica de Japón ha descartado la posibilidad de un tsunami, ya que el punto de origen se encuentra a unos 50 kilómetros (30 millas marinas) de la superficie marítima.
La Agencia de Gestión de Incendios y Desastres Ambientales de Japón ha informado de desprendimientos en algunos bloques, principalmente en edificios del distrito de Kochi, en Shikoku, y del distrito de Oita en la isla de Kyushu. Sin embargo, se consideran daños menores.
Un templo budista en la ciudad de Ainan, en el distrito de Ehime, ha sufrido daños significativos, incluyendo el derrumbe de antiguas tumbas de piedra y parte del tejado. A pesar de los daños, se ha descartado que el terremoto haya podido afectar a los reactores nucleares de las plantas que se encuentran tanto en Shikoku como en Kyushu. La Autoridad de Regulación Nuclear de Japón ha confirmado que no existe ningún peligro en las centrales nucleares. Las autoridades continúan trabajando para evaluar el alcance total de los daños y coordinar los esfuerzos de recuperación.