La capital ecuatoriana, Quito, atraviesa una situación crítica debido a cinco incendios forestales que han cubierto la ciudad de humo y ceniza, obligando a las autoridades a suspender las clases presenciales y evacuar a cientos de familias.
Situación alarmante
Este martes, el alcalde Pabel Muñoz informó que «la situación en este momento es crítica» y que los esfuerzos para controlar el fuego se verán complicados por las condiciones climáticas adversas.
Tres helicópteros militares están listos para intervenir cuando sea seguro hacerlo.
La mala calidad del aire llevó al Ministerio de Educación a declarar clases no presenciales en todo el distrito metropolitano.
Los incendios han generado caos vehicular en la ciudad, cerrando vías estratégicas y provocando apagones que han dejado semáforos inoperativos.
Además, se reporta la caída de ceniza en el centro histórico de Quito, un área declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad.
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Acciones gubernamentales
El presidente Daniel Noboa ha cancelado su agenda en la ONU para regresar a Quito y coordinar la respuesta ante esta emergencia.
En sus redes sociales, advirtió que si se confirma que los incendios fueron provocados, los responsables enfrentarán cargos por terrorismo.
Las autoridades han iniciado investigaciones y apelan a la colaboración ciudadana para identificar a los culpables.
En medio del desastre, los ciudadanos han mostrado solidaridad formando cadenas humanas para llevar agua a las zonas afectadas.
Sin embargo, la situación sigue siendo tensa y se espera que los incendios continúen durante la noche.
Ecuador enfrenta su peor sequía en 61 años, lo que ha exacerbado los incendios forestales y puesto en riesgo el suministro de agua y electricidad en el país.
Las autoridades permanecen alertas mientras luchan por controlar esta crisis ambiental sin precedentes