El presidente de Bolivia, Luis Arce, realizó un contundente mensaje por televisión el domingo, acusando al exmandatario Evo Morales de intentar llevar a cabo un golpe de Estado a través de un “bloqueo de caminos” planeado para esta semana. Arce, quien ha mantenido una relación tensa con su antiguo mentor y líder del Movimiento al Socialismo (MAS), expresó su indignación ante lo que considera un ataque directo a la democracia boliviana.
“¡Basta Evo! Hasta ahora he tolerado tus ataques y calumnias en silencio, pero que pongas en riesgo la vida del pueblo es algo que no voy a tolerar”, declaró Arce, instando a Morales a resolver sus diferencias de manera pacífica y no a través de la confrontación.
El trasfondo de esta crisis se remonta a la creciente tensión entre ambos líderes del MAS, exacerbada por la inminente marcha convocada por Morales para el martes hacia La Paz. Esta movilización tiene como objetivo protestar por el deterioro económico del país y presionar al gobierno para que acepte su candidatura para las elecciones presidenciales de 2025. Morales, quien fue forzado a dimitir en 2019 tras un escándalo electoral, busca recuperar su influencia política en un contexto donde Arce, su exministro de Economía, se enfrenta a una creciente crisis económica y social.
El presidente Arce advirtió que la marcha podría culminar en un bloqueo nacional de carreteras, lo que él considera un intento deliberado de desestabilizar su gobierno. En su discurso, enfatizó que Morales está dispuesto a arriesgar vidas y la estabilidad del país por sus ambiciones personales. La situación se complica aún más con el anuncio de marchas y bloqueos por parte de campesinos e indígenas afines a Morales, quienes exigen la renuncia de Arce.
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Con el país dividido y las tensiones en aumento, el futuro político de Bolivia parece incierto. Morales ha insistido en que su marcha se llevará a cabo independientemente de las advertencias del gobierno. Mientras tanto, Arce se encuentra en una posición delicada, tratando de mantener el control del MAS y enfrentar las críticas sobre su gestión económica.