La situación en la residencia oficial de la Embajada de Argentina en Caracas se ha vuelto crítica, con un asedio que ha durado más de tres semanas y que ha escalado en intensidad. Desde el 24 de noviembre, seis opositores al régimen de Nicolás Maduro, parte del equipo más cercano a la líder opositora María Corina Machado, han estado atrapados en el recinto diplomático, enfrentando no solo la presencia policial constante, sino también la amenaza de francotiradores que han sido detectados cerca de la embajada.
El 13 de diciembre de 2024, la situación se tornó aún más alarmante cuando se reportaron avistamientos de francotiradores en las cercanías de la embajada. Este hecho ha generado una creciente preocupación entre los asilados y sus familias, así como entre la comunidad internacional.
El asedio ha sido descrito por Machado como un «acto de guerra» contra Argentina y Brasil, quienes han mostrado su apoyo a los opositores refugiados en la embajada.Desde el inicio del asedio, el régimen de Maduro ha implementado tácticas intimidatorias, incluyendo cortes en el suministro eléctrico y de agua, así como restricciones en el acceso a alimentos y suministros esenciales.
Estas acciones han sido condenadas por varios organismos internacionales, entre ellos la Organización de Estados Americanos (OEA), que emitió un comunicado el 13 de diciembre denunciando las violaciones a los derechos humanos y a las normativas internacionales que protegen las misiones diplomáticas.
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Pronunciamiento de la OEA
En su comunicado, la OEA condenó las tácticas hostigadoras del régimen venezolano, señalando que la presencia armada y los cortes de servicios básicos representan un riesgo grave para la vida e integridad de las personas asiladas. La organización exigió al gobierno venezolano que otorgue salvoconductos inmediatos a los seis opositores, argumentando que la negativa a hacerlo no solo agrava su situación, sino que también constituye una violación de las obligaciones internacionales.
La OEA calificó las acciones del régimen como «aberraciones» y un ataque directo a los principios fundamentales del derecho internacional.