El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, está evaluando un plan que obligaría a todos los civiles palestinos a abandonar el norte de Gaza, incluida la ciudad de Gaza, como parte de una estrategia para asediar a Hamas y forzar la liberación de rehenes.
Este enfoque, presentado por generales retirados, busca utilizar tácticas de asedio para debilitar a los combatientes de Hamas.
El plan no especifica si se permitirá el regreso de los civiles al norte de Gaza.
Se estima que aún quedan cientos de miles de palestinos en esta área, quienes han mostrado resistencia a las demandas israelíes de reubicación tras casi un año de conflicto.
Durante una reunión a puerta cerrada, Netanyahu comentó que el plan “tiene mucho sentido” y que se están considerando varias alternativas para desmantelar el control civil de Hamas.
El general retirado Giora Eiland, quien lidera la propuesta, afirmó que aquellos que abandonen recibirán asistencia humanitaria.
Sin embargo, advirtió que el norte de Gaza se convertirá en «territorio militar», bloqueando cualquier suministro.
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Esta estrategia ha sido respaldada por un grupo de 27 miembros del Knesset, quienes instaron al gobierno a implementarla.
La situación en Gaza es cada vez más crítica y la propuesta ha generado un intenso debate sobre sus implicaciones humanitarias y estratégicas.
Mientras algunos ven en esta táctica una forma efectiva de presionar a Hamas, otros critican la falta de claridad sobre el futuro de los civiles desplazados.