Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) anunciaron este sábado que han abatido a Hassan Nasrallah, líder de Hezbolá, durante un ataque aéreo en los suburbios del sur de Beirut.
Este evento marca un hito significativo en el prolongado conflicto entre Israel y el grupo chiíta respaldado por Irán.
La noticia se confirmó tras la pérdida de contacto con Nasrallah el viernes por la tarde, justo después del bombardeo.
Las FDI publicaron en X (Twitter) que su objetivo había sido «eliminar» a Nasrallah, quien había liderado Hezbolá durante 32 años, y lo describieron como un «orquestador» de numerosas actividades terroristas.
El ataque aéreo ocurrió en el barrio de Dahiyeh, donde se localizaron varios edificios utilizados por Hezbolá.
Según informes, se lanzaron bombas de gran calibre para penetrar búnkeres. Además de Nasrallah, se reporta que otros altos mandos del grupo, incluido Ali Karake, también fueron abatidos.
El jefe del Ejército israelí, teniente general Herzi Halevi, advirtió que las FDI continuarán atacando a quienes amenacen a Israel.
La operación ha intensificado los combates en la región, con Israel lanzando más ataques aéreos en las horas siguientes.
Esta escalada ha generado un alto número de víctimas; hasta ahora se reportan al menos dos muertos y 76 heridos en el ataque inicial.
La muerte de Nasrallah podría alterar el equilibrio de poder en la región. Bajo su liderazgo, Hezbolá se convirtió en una fuerza militar significativa y un actor clave en conflictos regionales, incluyendo la guerra civil siria.
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Su desaparición deja a la organización en un estado de incertidumbre y caos.
Analistas sugieren que este golpe no solo debilita a Hezbolá, sino que también envía un mensaje claro a otros grupos respaldados por Irán sobre la determinación de Israel para actuar decisivamente contra amenazas percibidas.
La eliminación de Hassan Nasrallah representa un cambio potencialmente trascendental en el conflicto entre Israel y Hezbolá.
Mientras las fuerzas israelíes continúan su ofensiva, el futuro del grupo chiíta y su capacidad para operar efectivamente está ahora en entredicho.
La comunidad internacional observa con atención cómo se desarrollará esta nueva fase del conflicto en Oriente Medio.