Enfrentamientos violentos estallaron en Tiflis, Georgia, tras el anuncio del gobierno de posponer las negociaciones para el ingreso del país a la Unión Europea hasta 2028. Las protestas, que comenzaron en respuesta a esta decisión, resultaron en la detención de al menos 43 manifestantes y dejaron a 32 policías heridos, lo que ha elevado la tensión en un país que busca reafirmar su orientación proeuropea.
El primer ministro de Georgia, Irakli Kobajidze, hizo el anuncio sobre la congelación de las negociaciones con la UE en una conferencia de prensa, lo que provocó una rápida reacción de los opositores. Desde entonces, grupos de manifestantes se han congregado frente al Parlamento georgiano, expresando su descontento con la decisión del gobierno y acusando al partido en el poder, Sueño Georgiano, de acercarse a Moscú.
Este partido ganó las elecciones legislativas de octubre, unas elecciones que han sido denunciadas como fraudulentas tanto por la oposición como por observadores internacionales.El anuncio del gobierno se produce después de que el Parlamento Europeo aprobara una resolución que rechaza los resultados de las elecciones y exige nuevas elecciones. Este contexto ha intensificado las tensiones entre el gobierno y la oposición, quienes ven en la decisión del ejecutivo un intento de alejarse de Europa y acercarse a Rusia.
A medida que avanzaba la noche, los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden se intensificaron. La policía utilizó gas lacrimógeno y cañones de agua para dispersar a los manifestantes que habían bloqueado la avenida Rustaveli, una de las principales arterias de Tiflis. Los opositores respondieron montando barricadas y encendiendo fogatas rudimentarias en un intento por resistir el avance policial.
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El conflicto continuó durante la madrugada, con agentes disparando balas de goma y utilizando porras contra los manifestantes y periodistas presentes en el lugar. Este uso excesivo de la fuerza ha sido condenado por diversas organizaciones de derechos humanos, que han instado al gobierno a respetar el derecho a la protesta pacífica.Elena Joshtaria, líder de la Coalición de Cambio, un partido opositor, declaró: «Las protestas continuarán porque el pueblo de Georgia no se resignará a que entreguen el país a Rusia».
Esta afirmación resuena con muchos ciudadanos que temen que el gobierno actual esté priorizando relaciones más cercanas con Moscú en detrimento de su aspiración hacia la integración europea.