El viernes 24 de mayo, una tormenta de proporciones épicas azotó el estado de Puebla, afectando principalmente a la ciudad capital y a algunos municipios conurbados. La intensidad de la tormenta fue tal que se hizo necesario el despliegue del ejército mexicano para atender los desastres causados por este fenómeno meteorológico, conocido como “downburst”.
La tormenta, caracterizada por una lluvia torrencial, capas de granizo de hasta un metro y vientos de alrededor de 80 kilómetros por hora, obligó a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) a activar el Plan DN-III para desastres naturales. Como resultado de la tormenta, se formaron ríos de agua, cayeron árboles y varias partes de la ciudad quedaron colapsadas.
El fenómeno natural fue identificado inmediatamente como un “downburst”, un evento climatológico peligroso que puede ser igual de riesgoso para la población que un ciclón tropical. Según el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), el “downburst” también es conocido como “viento de tormenta” o “corrientes descendentes”, con características igual de peligrosas que ciclones, frentes fríos e incluso tornados.
Este fenómeno es una tormenta severa producida por la actividad convectiva dentro de las nubes cumulonimbus, conocidas como “la madre de todas las nubes”. Estas nubes, que pueden alcanzar entre 18 y 20 metros de altura, se forman a partir de una masa de aire con distinta temperatura y humedad, y son capaces de desatar tormentas y tornados.
En Puebla, el downburst se manifestó en forma de una intensa ráfaga de viento descendente, que impactó violentamente la Tierra. Este fenómeno se manifestó en forma de vientos huracanados, tormenta eléctrica, lluvias y granizo. Un sistema de tormentas registrado en el estado de Puebla, a unos 80 kilómetros al este de la Ciudad de México, causó la caída de decenas de árboles, inundaciones por presencia de granizo, rachas de viento de hasta 50 kilómetros por hora y afectaciones en el suministro de energía eléctrica en la capital del estado, según informó la Coordinación General de Protección Civil Estatal de Puebla.
El sistema de tormentas se presentó luego de que se registraran en los últimos días altas temperaturas sin pronóstico de lluvia. Las lluvias se presentaron en al menos 20 localidades del estado, siendo la capital la zona más afectada por la granizada y las ráfagas de viento.