La comunidad católica de Maracaibo y de toda Venezuela despide a monseñor Robert Lückert León, arzobispo emérito de Coro, quien partió a la casa del Padre este domingo 16 de junio tras una valiente lucha contra las complicaciones del covid-19.
Internado desde finales de mayo en el hospital Madre Rafols, monseñor Lückert fue un luchador hasta el último momento, enfrentando una insuficiencia respiratoria que lo mantuvo conectado a un respirador artificial. A pesar de los esfuerzos médicos y las oraciones de muchos, su estado crítico no mejoró, dejando un vacío en el corazón de quienes le conocieron.
La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) expresó su dolor y reconocimiento a través de sus plataformas digitales: “Después de recibir todas las atenciones necesarias, monseñor Roberto Lückert León se fue a la casa del Padre”. La CEV destacó su dedicación a la Iglesia y su espíritu generoso que dejaron una huella imborrable en la comunidad.
Las exequias se llevarán a cabo en la Catedral de Maracaibo, y sus restos descansarán en la iglesia Nuestra Señora de la Asunción. Mientras tanto, su legado perdura en las causas que defendió con pasión: los pobres, la democracia y la fe. La familia Lückert León y la feligresía invitan a unirse en oración por el eterno descanso de monseñor Robert Lückert León y por la fortaleza de sus seres queridos en estos momentos difíciles.
Vida y Carrera
Roberto Lückert León, nacido en la vibrante ciudad de Maracaibo el 9 de diciembre de 1939, creció en un hogar donde la diversidad religiosa sembró las semillas de un futuro líder eclesiástico. Hijo de Walter, un luterano alemán, y Carmen Alicia, una católica trujillana, su vida estuvo marcada por la fe y el carácter firme que más tarde definiría su carrera.
Ordenado sacerdote el 14 de agosto de 1966, monseñor Lückert no tardó en destacarse por su valentía y su disposición a enfrentar las injusticias, incluso cuando ello significaba desafiar al gobierno venezolano. Su compromiso con la verdad y la justicia lo llevó a ser nombrado III obispo de la diócesis de Cabimas por el papa Juan Pablo II en 1985 y, años más tarde, cuarto obispo de la diócesis de Coro.
La consagración como arzobispo de Coro en 1999 y la entrega del palio arzobispal por parte del mismo papa Juan Pablo II en el Vaticano fueron hitos que consolidaron su influencia y liderazgo dentro de la Iglesia Católica.
Monseñor Lückert, el mayor de ocho hermanos, se formó en teología y sirvió como segundo vicepresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana. Su legado trasciende los títulos y las ceremonias; es una historia de coraje, convicción y servicio inquebrantable a su comunidad y a su fe.