El 2 de marzo de 1811, se estableció el Primer Congreso Nacional de Venezuela, catalogado como el más antiguo de América Latina y el segundo de toda América. Convocado durante el cautiverio del Rey Fernando VII en manos de Napoleón, este congreso sustituyó en el poder a la Junta Suprema de Caracas y tenía como objetivo determinar la mejor forma de gobierno para el país en aquel entonces.
El 5 de julio de 1811, en el transcurso de este congreso, se proclamó la Independencia absoluta de la Corona de España, un hito histórico que selló el destino de Venezuela. Sin embargo, las sesiones del Primer Congreso se prolongaron hasta el 6 de abril de 1812, fecha en la que se disolvió debido a la caída de la Primera República de Venezuela.
La sede del Primer Congreso Nacional de Venezuela fue la Casa del Conde de San Javier en Caracas. Felipe Fermín Paúl asumió la presidencia del congreso, acompañado por 42 diputados destacados, entre los cuales se encontraban figuras influyentes como Francisco de Miranda, Juan Germán Roscio, Martín Tovar Ponte, Ramón Ignacio Méndez, Fernando del Toro, Ignacio Fernández Peña, Manuel Palacio Fajardo y Francisco Javier Ustáriz.
La división ideológica en el país quedó reflejada en el Congreso, donde algunos diputados abogaban firmemente por la Independencia, mientras que otros mantenían fidelidad a la Corona Española. Esta divergencia condujo a la formación de la Sociedad Patriótica, un grupo que ejercía presión sobre el Congreso para que declarara la independencia de Venezuela del Reino Español. Destacados miembros de este grupo incluían a Simón Bolívar y Sebastián Francisco de Miranda.
El Primer Congreso Nacional de Venezuela fue un hito fundamental en la historia de la independencia del país sudamericano. A través de sus deliberaciones y decisiones, se sentaron las bases para la construcción de una nación libre y soberana. Aunque la división ideológica generó tensiones internas, la determinación de los congresistas que abogaban por la independencia allanó el camino para el surgimiento de un movimiento emancipador que transformaría la historia de Venezuela y América Latina en su conjunto.
El legado del Primer Congreso Nacional de Venezuela perdura hasta hoy, recordándonos la importancia de la unidad y la lucha por la libertad. La proclamación de la Independencia en aquel 5 de julio de 1811 se mantiene como un símbolo de valentía y determinación de un pueblo que buscaba su emancipación y el establecimiento de un gobierno propio. A pesar de las adversidades y de la disolución posterior del congreso, su impacto en la historia de Venezuela es innegable y su influencia se extiende más allá de las fronteras del país, inspirando a otras naciones en su búsqueda de la libertad y la autodeterminación.