El viernes 25 de octubre de 2024, Bolivia vivió una jornada de violencia cuando al menos 14 policías resultaron heridos y 44 manifestantes fueron detenidos durante un operativo para levantar bloqueos de carreteras en el centro del país.
Los enfrentamientos se produjeron entre las fuerzas de seguridad y seguidores del expresidente Evo Morales.
El ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, informó que uno de los policías heridos se encuentra en estado grave tras perder parte de su pierna debido a un explosivo lanzado por los manifestantes.
Estos bloqueos, que llevan 12 días, son parte de una protesta contra lo que consideran una persecución política por parte del gobierno actual hacia Morales, quien enfrenta procesos judiciales por delitos graves.
Los manifestantes, conocidos como «evistas», exigen el cese de estas acciones legales y soluciones a problemas económicos como el aumento de precios y la escasez de combustibles.
En respuesta, la Policía Boliviana ha logrado desbloquear 12 puntos estratégicos, permitiendo el paso de más de 60 cisternas con combustible y 1.400 vehículos.
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Del Castillo denunció que los seguidores de Morales utilizan dinamita y armas en sus protestas, mientras que la policía emplea agentes químicos para controlar la situación.
Ante la creciente violencia, el Gobierno ha solicitado apoyo militar para garantizar la seguridad en las carreteras.
La situación continúa siendo tensa, con sectores comerciales y empresariales demandando al Ejecutivo que garantice el libre tránsito.
La respuesta del gobierno a estas demandas y la evolución del conflicto serán cruciales en los próximos días, especialmente con las elecciones presidenciales programadas para 2025.