El Ministerio de Defensa de Siria informó este domingo 10 de noviembre de 2024 que al menos siete personas, entre ellas niños y mujeres, perdieron la vida en un bombardeo llevado a cabo por Israel en las afueras de Damasco. Este ataque aéreo se produjo alrededor de las 17:00 horas, cuando «el enemigo israelí efectuó una agresión aérea desde el Golán sirio ocupado», apuntando a un edificio residencial en la zona de Sayyida Zeinab, al sur de la capital siria.
El bombardeo resultó en la muerte de siete civiles y dejó heridas a otras 20 personas, además de causar daños materiales significativos a propiedades privadas. Sin embargo, el Ministerio no proporcionó detalles sobre el objetivo específico del ataque. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) corroboró el número de fallecidos y su director, Rami Abdel Rahman, indicó que el ataque estaba dirigido a miembros del grupo Hezbolá que residían en el edificio donde también viven familias libanesas.
Desde el inicio de la guerra civil en Siria en 2011, Israel ha llevado a cabo cientos de ataques contra el país vecino, enfocándose principalmente en el ejército sirio y los grupos respaldados por Irán, incluidos los militantes de Hezbolá. Estos ataques se han intensificado recientemente, especialmente tras el inicio del conflicto entre Israel y Hezbolá en octubre de 2023.
La situación en Siria se ha vuelto cada vez más compleja debido a la participación activa de actores externos. Desde hace más de un año, Israel ha reconocido haber lanzado múltiples ataques contra territorio sirio, justificando sus acciones como necesarias para desmantelar las posiciones de Hezbolá, un grupo chiita libanés que ha sido acusado por Tel Aviv de utilizar la frontera con Siria para transportar armas hacia el Líbano.
Los recientes bombardeos se han concentrado especialmente en Sayyida Zeinab, una zona predominantemente chiita que alberga importantes posiciones para Hezbolá.A pesar del silencio oficial del gobierno israelí respecto al último ataque, las autoridades habían admitido previamente que sus operaciones se enfocaban en Sayyida Zeinab, donde se cree que existen instalaciones de inteligencia vinculadas a Hezbolá.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por el aumento de la violencia en la región y sus consecuencias humanitarias. La guerra civil siria ha dejado un saldo devastador desde su inicio en 2011, con cientos de miles de muertos y millones de desplazados. La reciente escalada entre Israel y Hezbolá ha exacerbado aún más esta crisis humanitaria.
El ataque del domingo es solo uno más en una larga serie de enfrentamientos que han marcado la relación tensa entre Israel y los grupos respaldados por Irán en Siria. Con más de 3,000 muertes reportadas en Líbano desde que comenzó el conflicto con Hezbolá hace trece meses, la situación se torna cada vez más crítica. Los residentes locales temen por su seguridad mientras los bombardeos continúan afectando áreas densamente pobladas.
Lea también: Francia despliega dispositivo de seguridad excepcional para el partido contra Israel
A medida que la guerra entre Israel y Hezbolá se intensifica, las implicaciones geopolíticas son profundas. La presencia continua de Hezbolá en Siria no solo representa un desafío para Israel, sino también para el régimen sirio liderado por Bashar al-Assad, quien ha estado intentando mantener una postura neutral ante los ataques israelíes para evitar una escalada mayor del conflicto.
La estrategia israelí parece centrarse en desmantelar las capacidades militares de Hezbolá antes de que puedan ser utilizadas contra su territorio. Sin embargo, este enfoque también plantea riesgos significativos para la población civil siria atrapada en medio del fuego cruzado.