La más reciente visita al Zulia por parte de Nicolás Maduro, presidente y candidato a la reelección por el Partido Socialista Unido (PSUV), fue una nueva muestra de su estrategia de campaña: el reciclaje de promesas, y lo hizo con un tema bastante sensible para los zulianos: la crisis eléctrica, una de las muchas muestras de incompetencia y corrupción de su gobierno.
Maduro prometió construir un parque solar y las redes estallaron con comentarios, con referencia al Parque Eólico de la Guajira, obra que Hugo Chávez levantó en las cercanías de Caimare Chico y 10 años después es un triste monumento a la destrucción y desidia, como si fuera una costra del proyecto de país que ambos vendieron como el más potable para los venezolanos.
«Ya tengo el proyecto, tengo los terrenos para construir y producir el parque solar de Mara, que va a beneficiar con 50 megavatios a la Guajira, Mara y Almirante Padilla”, expresó Maduro durante su visita al municipio Mara. Las respuestas en redes sociales no se hicieron esperar.
Un parque eólico un parque solar y dos termoeléctricas inconclusas en Zulia
Abundan las promesas incumplidas en la materia. En 2013, comenzó con el Parque Eólico, luego juró la construcción -y no cumplió, de -dos nuevas plantas termoeléctricas, una a carbón y otra diésel. Sin embargo, el estado sufre apagones de hasta 16 horas diarias.
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A Jorge Morán, politólogo, le parece una campaña extrañamente errática la de Nicolás Maduro, toda vez que si algo manejó bien el gobierno desde tiempos de Hugo Chávez fue la estrategia electoral.
“La oposición, por primera vez marca la agenda. María Corina va a un estado y de inmediato aparece Maduro o Diosdado Cabello en el mismo estado. Lo que pasó con las hermanas de las empanadas en Guárico, que el Seniat le pasó factura por atender y sacarse fotos con Machado es otra muestra de lo errático”, asegura.
Sobre el reciclaje de promesas y regaños a funcionarios, como ocurrió con Pedro Tellechea, en un acto de campaña en Barinas, donde lo conminó a resolver “el peo” de la gasolina, Morán asegura:
Esas acciones buscan conectar con su electorado natural, con el chavismo molesto, a eso apunta. El elector opositor, según las encuestas, amplia mayoría, cuestiona y rechaza esas promesas”.
Para Morán, el gobierno apuesta por garantizar poco más de 30 por ciento de los votos.
Intentará desalentar a la población de diferentes maneras. Puede ser con amenazas, agresiones o tratando de intimidar a la gente. No se extrañen que a menos de una o dos semanas cambien de centros electorales a cientos de miles de electores. Todo eso está sobre la mesa. La oposición debe enfocarse en sacar la mayor cantidad de votos. Ese es el reto. Eso hace mucho más difícil la posibilidad de fraude”.
Campaña vacía
De acuerdo con Ricardo Ríos, presidente de Poder y Estrategia, firma consultora, la campaña de Maduro resalta por la falta de iniciativa. “Y ese era uno de los logros políticos permanentes del gobierno, pero ya no. Esta ahora es una campaña reactiva”, añade el analista.
Otro factor que encuentra común es lo que califica como “autocomplacencia” por parte de la dirigencia oficialista. En su opinión, a lo interno se están creyendo su propia propaganda. Destaca en el marco de la campaña presidencial, los cambios internos, acercamientos y realineaciones. Detalla, entre los más notables: la creación de espacios al Movimiento Futuro y la reincorporación de Elías Jaua.
En relación con los regaños, su objetivo, sería mostrarse como la única persona capaz de ser garante de la paz en Venezuela.
Maduro está haciendo control de daños. Intenta transmitir el siguiente mensaje: «Los ministros y demás son unos burócratas, pero me tienes a mí, que te protejo y resuelvo todo” obviamente es un mensaje de campaña. ¿Le funcionará?”.
