El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, reafirmó este jueves que el intento de golpe de Estado en el país fue un hecho real y que nadie puede desmentirlo. Durante un discurso en Brasilia, donde se presentó el programa federal Periferia Viva, Lula declaró que el golpe fue un esfuerzo por parte de un grupo que buscaba evitar su asunción a la presidencia tras las elecciones de 2022.
Este pronunciamiento se produce en el contexto de una investigación en curso que involucra a 37 personas, incluido el exmandatario Jair Bolsonaro.
Lula hizo hincapié en que la amenaza a la democracia brasileña fue grave y que las acciones llevadas a cabo por sus opositores fueron parte de un plan para desestabilizar su gobierno. “Ellos intentaron dar un golpe para no dejarnos asumir la Presidencia de la República”, afirmó. Esta declaración se produce dos semanas después de que Lula mencionara que Brasil había “corría un serio riesgo de tener un golpe de Estado” en 2022, lo que añade peso a sus afirmaciones sobre la gravedad del intento golpista.
La Policía Federal de Brasil había desclasificado recientemente un informe extenso que detalla una supuesta trama golpista, revelando que Bolsonaro y otros altos funcionarios estaban implicados en planes para mantener al exmandatario en el poder.
El informe incluye acusaciones de que se tramó un complot para asesinar a Lula y al entonces vicepresidente electo, Geraldo Alckmin, así como al ministro del Supremo Tribunal Federal (STF), Alexandre de Moraes. Según las investigaciones, los planes incluían métodos como el envenenamiento.
En su discurso, Lula defendió la importancia del sistema democrático, subrayando que este requiere “paciencia y debate”. Afirmó que es esencial construir “una sociedad civilizada donde todos tengamos derechos, pero todos respeten los derechos de los demás”. Este enfoque busca reforzar la idea de que la democracia no solo debe ser defendida ante amenazas externas, sino también cultivada dentro del tejido social del país.
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Por su parte, Jair Bolsonaro ha rechazado las acusaciones en su contra. En una entrevista reciente, negó haber tramado un golpe y afirmó no tener conocimiento sobre los planes militares para asesinar a Lula. Sin embargo, admitió haber considerado la posibilidad de aprobar un decreto para ordenar una intervención militar en 2022. Bolsonaro argumentó que estudiar tales medidas no constituye un delito y defendió su accionar como dentro del marco constitucional.
La situación política en Brasil se ha vuelto cada vez más tensa desde las elecciones presidenciales de 2022, cuando Lula derrotó a Bolsonaro por un estrecho margen. La polarización ha aumentado tras el asalto a edificios gubernamentales en Brasilia el 8 de enero de 2023 por parte de simpatizantes del exmandatario. Este evento fue visto como un intento directo de socavar la democracia y ha llevado a una mayor represión contra figuras opositoras.