En respuesta a las graves inundaciones que han azotado el sur de Brasil, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (IFRC) ha enviado su primer vuelo chárter desde Panamá, donde se encuentra su Unidad Regional de Logística. El desastre climático ha dejado un rastro de destrucción sin precedentes en el estado de Río Grande do Sul, con al menos 158 muertes reportadas.
El avión, que despegó de la terminal de carga del aeropuerto internacional de Tocumen en Ciudad de Panamá, transporta artículos no alimentarios esenciales, como kits de higiene, kits de cocina, mosquiteros y filtros de agua. Según Stephany Murillo, gerente regional de logística de la IFRC, estos suministros permitirán que las familias que han perdido parcialmente sus hogares o que se encuentran en albergues tengan acceso a agua limpia, se protejan de enfermedades transmitidas por mosquitos y puedan cubrir sus necesidades básicas de aseo personal y familiar.
El vuelo tiene previsto llegar el lunes 20 de mayo al aeropuerto brasileño de Florianópolis, en el estado de Santa Catarina, también afectado por el temporal, aunque en menor grado. A su llegada, estos suministros serán distribuidos a 1.500 personas por voluntarios de la Cruz Roja Brasileña, complementando los suministros que se siguen recolectando en los centros de acopio habilitados en varios estados de Brasil.
En el Hub Humanitario auspiciado por el Estado Panameño, la IFRC tiene preparados suministros suficientes para atender hasta 15.000 familias afectadas por desastres en cualquier país de América. Este esfuerzo de ayuda llega en un momento crítico para Brasil, donde las inundaciones, lluvias torrenciales y deslizamientos de tierra han causado estragos en 463 de los 497 municipios de Rio Grande do Sul, una importante región agropecuaria e industrial con una población de 11,3 millones de habitantes.
La catástrofe ha causado 2,3 millones de damnificados en esta región fronteriza con Uruguay y Argentina, de los que unos 620.000 han tenido que abandonar sus hogares y marcharse a albergues temporales o las casas de parientes o amigos. A pesar de los desafíos, las autoridades brasileñas continúan sus esfuerzos de rescate, habiendo rescatado ya a 82.666 personas y 12.215 animales.