Los incendios forestales que asolan el sudeste de Corea del Sur han alcanzado dimensiones sin precedentes, convirtiéndose en los más grandes jamás registrados en el país. Según el responsable de gestión de desastres, Lee Han-kyung, hasta la fecha se han cobrado la vida de 26 personas y dejado a decenas más heridas. La situación se ha vuelto crítica, con más de 35.000 hectáreas afectadas y la evacuación urgente de 27.000 residentes ante la incontrolable expansión del fuego.
Incendios dejan 26 muertos
Desde el pasado fin de semana, más de una docena de incendios han estallado en la región, avivados por fuertes vientos y condiciones climáticas extremadamente secas. Las llamas no solo han devastado vastas extensiones de bosque, sino que también amenazan importantes sitios históricos, incluyendo una antigua academia confuciana y una aldea de casas tradicionales, ambos declarados Patrimonio Mundial por la Unesco.

El jefe del servicio de desastres y seguridad, Lee Han-kyung, informó que la superficie dañada ha alcanzado ya las 35.810 hectáreas, superando en más de 10.000 hectáreas el récord anterior establecido durante el mayor incendio registrado en el año 2000 en la costa este del país. «El incendio se expande rápidamente», destacó Lee, quien también mencionó que entre las víctimas se encuentran al menos tres bomberos y un piloto de helicóptero que perdió la vida tras estrellarse en una zona montañosa mientras intentaba combatir las llamas.
También te puede interesar: Palestinos se manifiestan en Gaza pidiendo el fin del gobierno de Hamás
Las autoridades locales han reconocido que los cambios repentinos en la dirección del viento y las condiciones secas han puesto a prueba los métodos convencionales de extinción de incendios. A pesar de los esfuerzos de miles de bomberos y equipos de rescate, la situación sigue siendo extremadamente peligrosa. En un intento por contener el fuego, se han desplegado aviones cisterna y helicópteros en varias áreas críticas, aunque los resultados han sido limitados debido a la intensidad del viento.
La comunidad afectada vive momentos de angustia y desesperación. Muchos residentes han perdido sus hogares y sus pertenencias, mientras que otros se encuentran atrapados en medio del caos. Las autoridades han establecido refugios temporales para aquellos que han sido evacuados, pero la incertidumbre sobre el futuro pesa en el ambiente.
A medida que los incendios continúan su avance implacable, las autoridades surcoreanas enfrentan el desafío monumental de contener las llamas y proteger tanto a las personas como a los patrimonios culturales invaluables de la región. Con el clima seco y los vientos fuertes pronosticados para los próximos días, la lucha contra este desastre natural parece lejana de concluir. La nación entera observa con preocupación cómo un evento trágico transforma paisajes y vidas, dejando una huella imborrable en la historia del país.


