Manuel Cristopher Figuera, exdirector del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) de Venezuela, ha emergido como una figura controvertida en el escenario político del país. Desertor del régimen de Nicolás Maduro, Figuera se describe a sí mismo como un chavista de corazón, a pesar de haber sido parte del aparato represivo que ha sido acusado de violaciones sistemáticas de derechos humanos.
Su deserción en 2019 marcó un punto de inflexión, revelando las grietas dentro del poder venezolano y la lucha interna por la supervivencia de un régimen cada vez más asediado.
Figuera, quien recibió formación militar en Cuba y Bielorrusia, ha sido acusado de supervisar prácticas represivas durante su gestión. Sin embargo, él niega estas acusaciones y sostiene que intentó reformar el Sebin para mejorar el respeto a las libertades fundamentales. En una reciente entrevista con La Nación, Figuera describió el aparato represivo actual como «una máquina de terror, persecución y muerte», afirmando que las órdenes provienen directamente de Maduro.
Desde su perspectiva, la represión en Venezuela ha evolucionado drásticamente desde 2014. Asegura que la ciudadanía ha sido traicionada por el incumplimiento de promesas electorales y que se le ha negado la posibilidad de un cambio político pacífico. Figuera también criticó la corrupción dentro de las fuerzas armadas y los cuerpos de seguridad, que actúan como «ejércitos de ocupación» contra su propio pueblo.
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En cuanto al papel de los colectivos y grupos paramilitares, Figuera afirmó que estos operan en conjunto con organismos de seguridad y están involucrados en crímenes tanto dentro como fuera del país. Destacó la colaboración con guerrilleros colombianos, quienes secuestran opositores y los entregan a las fuerzas represivas.
Figuera también abordó sus esfuerzos por mejorar la situación en el Sebin tras asumir su cargo en 2018. Implementó medidas para investigar violaciones de derechos humanos y mejorar las condiciones de reclusión. Sin embargo, enfrentó resistencia significativa por parte del régimen y fue objeto de órdenes directas para ignorar ciertas recomendaciones.