Cuba continúa sumida en una profunda crisis energética tras un apagón nacional que afectó a millones de personas el pasado viernes. El colapso del Sistema Electroenergético Nacional (SEN) ha llevado al gobierno a suspender las clases en las provincias occidentales de Pinar del Río, Artemisa y Mayabeque, mientras en otras regiones los estudiantes pueden asistir sin uniforme debido a la falta de servicios básicos.
El apagón, causado por una falla en una subestación en las afueras de La Habana, es el cuarto en menos de seis meses, reflejando la grave situación económica y energética que atraviesa la isla. La Unión Eléctrica ha logrado reconectar gran parte del país, pero el déficit de generación sigue siendo significativo. Solo seis de las veinte unidades de generación térmica están operativas, lo que resulta en una producción de 1,057 megavatios (MW), menos de la mitad de la demanda normal.
La suspensión de clases en las provincias occidentales se debe a la falta de servicios básicos como agua y energía, que afectan directamente la seguridad y el bienestar de los estudiantes En otras áreas, las autoridades educativas han permitido a los estudiantes asistir sin uniforme como medida excepcional, mientras se adaptan las actividades escolares a las condiciones locales.
En La Habana, la situación sigue siendo precaria, con interrupciones constantes en los sectores donde se ha restablecido la energía. Los residentes enfrentan dificultades para conservar alimentos debido a la falta de electricidad, lo que ha generado desesperación entre la población1.
El Ministerio de Energía y Minas informó que, aunque modestos, hay avances en el restablecimiento del SEN. La central termoeléctrica Antonio Guiteras, una de las más grandes del país, ya se ha conectado al sistema, aunque su aporte es aún limitado.
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El gobierno busca estabilizar el servicio eléctrico mediante la creación de microsistemas que interconecten diferentes regiones, lo que podría mejorar gradualmente la situación energética. Sin embargo, la crisis estructural del sistema energético cubano, combinada con la escasez de combustibles y la infraestructura obsoleta, plantea desafíos significativos para una recuperación sostenible.