La reciente Cumbre de Paz de Ucrania ha culminado tras dos días de intensas deliberaciones y negociaciones privadas entre más de cien delegaciones internacionales. La declaración final, que refleja los temas de consenso como la seguridad nuclear y el tránsito marítimo seguro, así como la liberación de prisioneros de guerra, marca un paso adelante en la búsqueda de soluciones al conflicto que asola a Ucrania.
A pesar del ambiente de cooperación, trece naciones prominentes del mundo en desarrollo han optado por no firmar el documento. Entre ellos se encuentran miembros del grupo BRICS como Brasil, India y Sudáfrica, además de México. Otros países como Armenia, Baréin, Indonesia, Eslovaquia, Libia, Arabia Saudí, Tailandia y Emiratos Árabes Unidos también se han abstenido.
La división es clara: mientras Europa se une en un frente común contra Rusia debido a la amenaza directa que representa el conflicto, otras naciones sugieren que tanto Kiev como Moscú deben hacer concesiones. Sin embargo, ambas partes implicadas rechazan esta idea.
En lo que todos los participantes coinciden es en la necesidad de un uso seguro de la energía nuclear y el rechazo absoluto al uso de armas nucleares. El comunicado final hace un llamado a Ucrania para que ejerza “pleno control soberano” sobre la central nuclear de Zaporizhia. Mientras 80 países han firmado el documento, incluyendo a la mayoría de los miembros de la Unión Europea, Estados Unidos, Japón, Argentina, Chile y Ecuador, el camino hacia una paz duradera sigue siendo incierto ante las divergentes visiones sobre cómo alcanzarla.