El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha presentado una nueva estrategia migratoria, denominada ‘modelo mexicano de movilidad humana’, para hacer frente a una crisis migratoria que ha estado afectando a Estados Unidos durante más de una década. Este plan priorizará a los mexicanos que ya se encuentran en Estados Unidos, pero también ayudará a los migrantes que están de paso por México tras emigrar de sus países en busca del sueño americano.
La iniciativa surge a solo cinco meses de terminar su mandato y en medio de amenazas del candidato republicano estadounidense a la presidencia, Donald Trump, quien nuevamente como en su campaña de 2016 prometió redadas y deportaciones masivas de extranjeros indocumentados. En Estados Unidos viven cerca de 10.5 millones de inmigrantes indocumentados y, de ellos, cinco millones son de origen mexicano, según estimaciones de México.
De acuerdo con la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), el nuevo modelo contará con oportunidades laborales, fichas únicas de registro a migrantes y tres nuevos centros integradores. También incluye la reinserción como la regularización de mexicanos en el exterior.
Así lo anunció la titular de la SRE, Alicia Bárcena, quien definió la nueva estrategia como “única” por la condición de México de ser un país de origen, tránsito y destino para migrantes, y de retorno de mexicanos en el extranjero.
Sin embargo, cabe señalar que los principios señalados en el nuevo modelo son los mismos mencionados en el plan migratorio de López Obrador al comienzo de su mandato en 2018, que además incluye el respeto y el trato humano a los inmigrantes que cruzan el país y se dirigen a la frontera sur estadounidense.
El ‘modelo mexicano de movilidad humana’ representa un paso importante en la dirección correcta para abordar la crisis migratoria en América del Norte. Aunque aún quedan muchos detalles por resolver, este plan ofrece una visión prometedora de cómo México puede desempeñar un papel activo en la gestión de la migración en la región. Con su enfoque en la regularización de los mexicanos en el exterior y la inclusión de los migrantes en la economía formal, este modelo podría marcar un cambio significativo en la forma en que se aborda la migración en América del Norte.