El pasado 22 de noviembre, Yodani Andrés Patiño Peñaloza, un empresario colombiano de 29 años originario de Cúcuta, desapareció tras cruzar la frontera entre Colombia y Venezuela. Según informes, Patiño fue retenido del lado venezolano cuando intentaba sellar su pasaporte en la oficina del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime) en el sector del Amparo.
Desde entonces, su familia ha estado sumida en la angustia y la desesperación, sin recibir noticias sobre su paradero.
De acuerdo con los testimonios de sus acompañantes, Patiño se encontraba en compañía de dos compañeras de trabajo cuando fue detenido. Mientras que ellas fueron devueltas a Colombia, él fue retenido sin explicación alguna. En el momento de su detención, le quitaron su celular y le solicitaron su pasaporte, lo que generó preocupación entre sus familiares.
La falta de información sobre su situación ha llevado a su familia a solicitar la intervención del gobierno colombiano para que active los mecanismos necesarios para esclarecer lo ocurrido y garantizar su regreso.
La desaparición de Andrés Patiño no es un caso aislado. Recientemente, otro ciudadano colombiano, Edwin Colminares, también fue reportado como desaparecido bajo circunstancias similares en la misma región. Estos incidentes han encendido alarmas entre los residentes de Cúcuta y han llevado a las autoridades a cuestionar la seguridad en la frontera entre ambos países.
La situación se complica aún más debido a los antecedentes de desapariciones forzadas en Venezuela, donde se han documentado numerosos casos relacionados con detenciones arbitrarias y violaciones a los derechos humanos.
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La familia de Patiño ha hecho un llamado urgente al Canciller colombiano para que actúe con rapidez y exija respuestas al gobierno venezolano. “Le pido al señor Canciller que se activen todos los mecanismos para que podamos saber sobre la vida y el estado de esta persona”, expresó un familiar visiblemente afectado por la situación.
La falta de información y la incertidumbre han generado un clima de angustia no solo para la familia de Patiño, sino también para otros ciudadanos que temen por su seguridad al cruzar la frontera.