Tras ser expulsado del partido Primero Justicia por su postulación como candidato a la Gobernación de Miranda en las elecciones regionales previstas para el 25 de mayo, el dirigente opositor Juan Requesens emitió una carta pública en la que expone las diferencias profundas que mantiene con la organización política y defiende la necesidad de avanzar en la lucha por Venezuela desde múltiples frentes. La expulsión de Requesens, junto a otros líderes históricos como Henrique Capriles y Tomás Guanipa, marca un nuevo capítulo de fractura en la oposición venezolana, en medio de un escenario electoral polarizado y cuestionado por amplios sectores.
Primero Justicia oficializó la expulsión de Juan Requesens, Henrique Capriles, Tomás Guanipa, Amelia Belisario, Ángel Medina y Pablo Pérez, acusándolos de traicionar la unidad opositora y negociar con el régimen de Nicolás Maduro para habilitar candidaturas en un proceso electoral que consideran “fraudulento, secuestrado y diseñado para legitimar al régimen”. La tolda política denunció que estas negociaciones ocurrieron en un contexto de persecución política, con compañeros encarcelados, torturados o en el exilio.
En su carta, Requesens reconoció que las diferencias con Primero Justicia “se volvieron existenciales”, donde “pensar distinto es señalado como traición” y “se juzga al contrario como enemigo”. Sin embargo, agradeció el respaldo de sus militantes durante los cinco años que estuvo encarcelado y defendió la postura de participar en las elecciones como un camino legítimo para avanzar en la liberación del país.
“Los caminos de quienes luchamos por la liberación de Venezuela pueden transitarse desde distintos espacios. La magnitud del desafío exige amplitud, inteligencia y generosidad para construir nuevas alianzas, abrir caminos y sumar esfuerzos desde distintas trincheras”, afirmó Requesens, subrayando la necesidad de flexibilidad y pluralidad en la oposición.
El economista y exdiputado José Guerra, miembro de la dirección nacional de Primero Justicia, calificó la expulsión como una arbitrariedad y un acto autoritario, señalando que no se siguieron los procedimientos internos del partido para tomar decisiones de esta naturaleza. Guerra denunció que el comunicado oficial carece de firmas y que se usurpan las siglas del partido, evidenciando una crisis interna y falta de consenso.
Por su parte, la dirección nacional de Primero Justicia defendió la expulsión como una medida necesaria para preservar la unidad democrática y el mandato popular expresado en las primarias de 2023, reiterando su respaldo a Edmundo González Urrutia como presidente electo y a María Corina Machado como líder opositora.
La decisión de Primero Justicia se produce en un momento de alta tensión política, con la oposición dividida entre quienes apoyan la participación en las elecciones regionales y legislativas convocadas por el régimen y quienes consideran que concurrir legitimaría un proceso fraudulento. La plataforma unitaria opositora, liderada por figuras como María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, mantiene una postura de rechazo a los comicios hasta que se garanticen condiciones justas y transparentes.
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Los expulsados, en cambio, defienden la participación como una estrategia para no dejar el camino libre al chavismo y ofrecer opciones a los ciudadanos, argumentando que la abstención no ha logrado cambios significativos en el país.