Un reciente operativo del Ejército Nacional en el departamento de Norte de Santander, específicamente entre los municipios de Ábrego, Bucarasica y Sardinata, resultó en la muerte de tres guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Las autoridades informaron que estos individuos estaban involucrados en actividades delictivas, incluyendo el reclutamiento de menores de edad para sus filas, lo que ha generado una creciente preocupación en la región.
El operativo, que se llevó a cabo en una zona conocida por su actividad guerrillera, forma parte de una estrategia más amplia del gobierno colombiano para combatir la violencia y el crimen organizado en el país. Las autoridades han denunciado que el ELN ha estado instrumentalizando a jóvenes y niños en sus actividades, lo que no solo representa una violación de los derechos humanos, sino que también pone en riesgo el futuro de estas generaciones.
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Terroristas del ELN, atacan la estación de Policía del corregimiento de Guamalito del Mpio del Carmen, Norte de Santander, autoridades reportan el asesinato de 2 militares y un civil herido.#nadiedicenada #FueraPetro pic.twitter.com/Gucfh1ByGK
— Alerta Buritica News (@Buritica_news) August 30, 2024
La situación se ha vuelto aún más crítica tras un atentado reciente del ELN en el corregimiento de Carmen, en el municipio de Guamalito, donde dos soldados profesionales, Leónidas Vásquez Bermeo y Fredy Antonio Torres Suárez, perdieron la vida. Este ataque ocurrió cerca de una institución educativa, lo que obligó a varios niños a esconderse debajo de los pupitres para evitar ser alcanzados por las balas. La violencia ha sembrado el miedo en la comunidad, que ahora enfrenta la amenaza de francotiradores del ELN en la cabecera municipal de Guamalito.
Ante esta ola de violencia, las autoridades han intensificado su presencia en la región, realizando sobrevuelos y estableciendo reuniones para evaluar las condiciones de seguridad. Sin embargo, la comunidad se encuentra en estado de alerta, ya que temen que la situación pueda llevar a desplazamientos forzados. Organizaciones de derechos humanos y la comunidad educativa han expresado su preocupación por la seguridad de los civiles en medio de estos enfrentamientos.
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Fecode, la Federación Colombiana de Educadores, ha hecho un llamado a las autoridades para que se priorice la seguridad de los menores y se evite que se conviertan en víctimas de la violencia. La situación es alarmante, ya que los niños no solo enfrentan el riesgo de ser reclutados por grupos armados, sino que también son expuestos a un entorno de violencia que afecta su desarrollo y bienestar.
La violencia en Norte de Santander es un reflejo de un problema más amplio que enfrenta Colombia, donde grupos armados ilegales continúan operando y desafiando la autoridad del Estado. La comunidad y las organizaciones de derechos humanos insisten en que se deben implementar estrategias efectivas para proteger a los menores y garantizar su seguridad.