Tras tres días de paro camionero en Bogotá y otras regiones de Colombia, la situación se ha intensificado con la participación de motociclistas, taxistas y otros gremios en bloqueos y manifestaciones contra el gobierno de Gustavo Petro. Esta ola de protestas es una respuesta al aumento en los precios del ACPM (Aceite Combustible para Motores Diesel), que ha generado un descontento generalizado entre los sectores afectados.
Mientras los grandes empresarios del transporte de carga cobran sus fletes, dejan a los pequeños camioneros pelear para que se debiliten económicamente más y les entreguen el mercado de carga que aun tienen.
Es como levantar una piedra y dejarla caer sobre sus propios pies.
Las…
— Gustavo Petro (@petrogustavo) September 5, 2024
El paro colombiano ha tenido un impacto significativo en la disponibilidad de alimentos en todo el país, provocando alteraciones en el transporte de mercancías esenciales y llevando a las autoridades a implementar medidas para mitigar la crisis.
El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Colombia ha tomado varias iniciativas clave para enfrentar la crisis. Se ha solicitado la creación de corredores de abastecimiento, que son rutas especiales para facilitar el tránsito de camiones que transportan alimentos y productos perecederos. Estas vías buscan asegurar que los suministros lleguen de manera oportuna y segura a su destino. Además, se ha establecido un Puesto de Mando Unificado (PMU) para supervisar la situación y coordinar los esfuerzos de respuesta, monitoreando los bloqueos y planificando contingencias para minimizar el impacto en el suministro de alimentos.
A pesar de estas medidas, el paro ha afectado la cadena de suministro de manera considerable. Según Corabastos, el flujo de camiones colombianos hacia Bogotá se ha reducido en un 30%, lo que ha impactado la disponibilidad de productos esenciales, incluyendo frutas, verduras, productos lácteos, carnes, pan y alimentos procesados.
La escasez de estos productos ha llevado a un aumento en los precios de los alimentos; por ejemplo, los precios de las frutas han subido entre un 11% y un 60%, mientras que las verduras han visto incrementos de entre el 40% y el 60%, según datos de la Personería de Bogotá.
El impacto del paro no se limita a la escasez de alimentos. Sectores como el agropecuario y la construcción también se ven gravemente afectados. La Federación Nacional de Avicultores de Colombia (Fenavi) ha advertido sobre el riesgo de escasez de pollos y huevos debido a la falta de alimento para las aves, mientras que los empresarios del sector constructor temen enfrentar escasez de materiales si la situación persiste.
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Además, las ventas en Bogotá han caído cerca del 80%, lo que ha generado preocupación por la viabilidad de muchos negocios en el sector de alimentos y entretenimiento.
La situación ha llevado al gobierno colombiano a mantener mesas de diálogo con más de 800 representantes de los sectores afectados, aunque se ha señalado que la falta de representatividad complica las negociaciones. La presión sobre el gobierno de Petro se intensifica a medida que los ciudadanos demandan soluciones efectivas para abordar la crisis y restablecer la normalidad en el transporte y la disponibilidad de alimentos.