El 15 de noviembre de 2024, la Universidad Central de Venezuela (UCV) vivió un episodio de tensión y caos durante sus elecciones estudiantiles, cuando dos bombas lacrimógenas fueron detonadas en la entrada de la Facultad de Humanidades y Educación (FHyE).
Este acto, presuntamente perpetrado por sujetos desconocidos, generó una rápida respuesta por parte de las autoridades universitarias y del personal de seguridad. Los estudiantes presentes en el lugar se vieron obligados a evacuar el edificio principal para atender a aquellos que resultaron afectados por la inhalación de gases lacrimógenos, lo que provocó escenas de pánico y confusión en el campus.
A pesar del alarmante incidente, los organizadores del proceso electoral decidieron reanudar las votaciones tras evaluar la situación. Estudiantes y egresados se congregaron para elegir a sus representantes en los centros universitarios de las distintas facultades, un ejercicio democrático que es crucial para el funcionamiento del gobierno estudiantil en la UCV.
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La jornada electoral, que se había desarrollado con normalidad hasta ese momento, se convirtió en un símbolo de la resiliencia del movimiento estudiantil ante las adversidades. Muchos participantes expresaron su preocupación por la seguridad en el campus, subrayando la necesidad de medidas más efectivas para proteger a los votantes y garantizar un ambiente propicio para el ejercicio democrático.
Este incidente no solo pone de relieve los desafíos que enfrenta la comunidad universitaria venezolana, sino que también refleja un contexto más amplio de inestabilidad y violencia en el país.