El ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Diosdado Cabello, lideró un significativo despliegue de seguridad en Caracas, donde mostró en redes sociales carteles de “Se busca” con la fotografía del opositor Edmundo González Urrutia. Este operativo no solo refleja el estado de alerta del gobierno, sino también su estrategia para enfrentar lo que consideran una amenaza a su estabilidad.
Cabello y el operativo en Caracas
Durante su recorrido por las calles de Caracas, Cabello no escatimó en palabras al referirse a González Urrutia, a quien calificó como un «terrorista» y «desestabilizador». En un tono desafiante, expresó: “A mí me ha llegado mucha gente preguntando cómo hace para cobrar esos 100 mil dólares, ¡Tráiganlo y nosotros se lo pagamos! Son enemigos de la patria, unos vende patria”.
El operativo se llevó a cabo en un momento crucial, ya que el gobierno busca garantizar la seguridad durante la toma de posesión presidencial. Cabello afirmó que los cuerpos de seguridad están preparados para “tratar a los delincuentes con todo el peso de la ley” y que su objetivo es asegurar “la paz” antes y después del evento. “El 10 de enero Venezuela estará de fiesta”, aseguró, mientras supervisaba los puntos de control establecidos en diferentes zonas de la capital.
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La tensión política en Venezuela ha aumentado considerablemente desde las elecciones presidenciales del 28 de julio, donde Edmundo González Urrutia ha sido reconocido internacionalmente como presidente electo por una amplia mayoría. Sin embargo, el régimen de Maduro se resiste a reconocer estos resultados y continúa consolidando su poder. La militarización y los operativos de seguridad son parte de una estrategia más amplia para silenciar a la oposición y controlar cualquier posible protesta o descontento social.