Al menos 22 migrantes venezolanos, entre ellos 14 hombres, ocho mujeres y dos menores de edad, fueron detenidos por la Guardia Costera de Curazao el lunes 11 de noviembre mientras intentaban llegar a la isla de manera irregular.
Las autoridades locales informaron que la detención se produjo tras detectar una “actividad sospechosa” en una embarcación cerca de Klein Curazao.
Los funcionarios del Centro de Operaciones Marítimas de Curazao respondieron rápidamente al avistamiento, despachando una embarcación para interceptar la nave. Al abordar el barco, encontraron a los migrantes venezolanos, quienes fueron detenidos y entregados a la Fuerza Policial de Curazao para iniciar su proceso migratorio.
Este incidente ha llevado a un aumento en el patrullaje marítimo en las costas de Curazao, con el objetivo de prevenir futuras entradas irregulares.
Hasta el momento, las autoridades no han proporcionado detalles sobre el destino final de los migrantes ni sobre posibles contrabandistas involucrados en su travesía. La investigación sigue en curso, y se están recopilando datos para determinar las circunstancias del viaje.
La Guardia Costera ha enfatizado la necesidad de incrementar la seguridad en las fronteras marítimas para hacer frente a este fenómeno creciente.
La situación de los migrantes venezolanos es crítica; más de siete millones han abandonado su país debido a la crisis humanitaria y política. Curazao se ha convertido en un destino para muchos, aunque el camino hacia la isla es peligroso y está lleno de riesgos.
En junio de 2024, familiares de otros venezolanos que desaparecieron en rutas marítimas hacia Curazao pidieron a la ONG Fundaredes que se investigara su paradero. Desde 2029, las familias claman por respuestas sobre los 33 desaparecidos en La Vela y otras localidades.
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Fundaredes ha denunciado la falta de acción del Estado ante estas tragedias, señalando que las investigaciones son lentas y opacas. En un caso reciente, uno de los tripulantes apareció muerto en una costa cercana dos días después del zarpe, mientras que el paradero del resto sigue siendo un misterio.
Provea, otra organización que defiende derechos humanos, criticó la falta de apoyo inicial por parte de las autoridades marítimas para buscar a los desaparecidos, lo que llevó a pescadores locales a intentar encontrar respuestas sin éxito.