Los San Francisco Giants anunciaron la triste noticia del fallecimiento de Willie Mays a los 93 años. Conocido como el “Say Hey Kid”, Mays dejó una huella indeleble en el mundo del beisbol, siendo considerado el más grande jardinero central de todos los tiempos.
Leyenda que deja un legado
Willie Mays, nacido el 6 de mayo de 1931 en Alabama, brilló en el béisbol desde temprana edad y destacó en múltiples disciplinas deportivas en la preparatoria.
Sin embargo, fue su pasión por el béisbol la que finalmente lo encaminó hacia una carrera profesional que lo llevaría a lo más alto del deporte.
Su padre Cat Mays, quien era jugador semiprofesional, también fue una inspiración clave al introducirlo al béisbol desde muy joven.
Con una carrera que se extendió por más de 20 años, principalmente con los San Francisco Giants, Mays acumuló récords impresionantes en las Grandes Ligas.
Fue seleccionado para 24 equipos All-Star, obtuvo dos premios como Jugador Más Valioso de la Liga Nacional y se hizo acreedor a 12 Guantes de Oro, entre muchos otros logros destacados.
Desde humildes comienzos hasta la grandeza
Inició su recorrido en el béisbol profesional con los Birmingham Black Barons a los 17 años y rápidamente llamó la atención de los New York Giants, quienes adquirieron su contrato en 1950.
Leo Durocher, su primer manager en los Gigantes de Nueva York, desempeñó un papel crucial como mentor y figura paterna para Willie Mays durante su año de novato en 1951 con los Gigantes de Nueva York.
Cuando Mays atravesaba un duro slump al inicio de su carrera y estaba llorando desanimado en el camerino, Durocher lo consoló y le dio un voto de confianza diciéndole: «Mientras yo sea el manager de los Gigantes, tú eres mi jardinero central. Eres el mejor jugador que he visto».
Esta muestra de apoyo fue fundamental para que el joven Mays recuperara la confianza y pronto comenzara a batear bien.
Durocher actuó como una figura paterna para Mays, llevándolo a su casa en California durante las temporadas bajas y permitiendo que su hijo Chris Durocher fuera compañero de cuarto de Mays en los viajes.
Mays más tarde expresó: «Leo era como un padre para mí lejos de casa. Él confiaba en mí».
La guía y respaldo de Durocher en ese momento crítico inicial permitió que Mays floreciera y se convirtiera en arguably el mejor jugador en la historia del béisbol.
Su contribución al desarrollo del joven Willie Mays es considerada uno de los mayores legados de Durocher en el deporte.
Su talento innato se evidenció desde sus primeras apariciones, mostrando una habilidad excepcional tanto en la defensiva como en el bateo.
Un momento icónico en la carrera de Mays fue «The Catch» en el Juego 1 de la Serie Mundial de 1954, donde realizó una espectacular atrapada en el jardín central que permanecerá grabada en la memoria colectiva de los amantes del béisbol.
A lo largo de su carrera, Willie Mays no solo dejó números impresionantes en las estadísticas de las Grandes Ligas, sino que también forjó un legado de excelencia y profesionalismo que trasciende generaciones.
Su impacto en el deporte y su influencia como figura inspiradora perdurarán mucho más allá de su partida.
Tras su retiro en 1973 y su posterior ingreso al Salón de la Fama en 1979, Willie Mays seguirá siendo recordado como uno de los más grandes jugadores de la historia del béisbol, cuyo nombre estará siempre ligado al honor, la destreza y la pasión por el juego.
La comunidad del béisbol lamenta la pérdida de una verdadera leyenda, cuyo legado seguirá vivo en cada campo de juego donde se practique este maravilloso deporte. ¡Descanse en paz, Willie Mays!