El presidente Nicolás Maduro y sus seguidores continúan sus amenazas de anexar un territorio rico en petróleo de Guyana, mientras Venezuela refuerza su infraestructura y equipamiento militar cerca de la frontera.
Las acciones recientes han generado preocupación internacional y podrían poner en riesgo la estabilidad en la región.
Según un informe del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), el gobierno venezolano persiste en su obstinado reclamo sobre la región de Esequibo, a pesar de tener poco que ganar y mucho que perder en un conflicto abierto. El constante discurso beligerante y la expansión militar en la isla de Anacoco, incluyendo la construcción de un puente sobre el río Cuyuni y la ampliación del aeródromo, evidencian la escalada de tensión.
Las imágenes satelitales reveladas por el CSIS muestran una base militar en pleno crecimiento, con tiendas de campaña suficientes para una unidad de cientos de personas y la presencia de lanchas rápidas de misiles iraníes cerca de la costa guyanesa. Esta situación despertó inquietud entre los aliados de Guyana, como Estados Unidos, que recientemente realizaron demostraciones de apoyo militar sobre Georgetown.
Guyana, a pesar de ser un importante productor de petróleo, cuenta con un ejército limitado en comparación con la vecina Venezuela, lo que la coloca en una posición vulnerable ante cualquier posible agresión. Expertos consultados señalan que las acciones de Maduro podrían deberse a motivaciones políticas internas, buscando desviar la atención de la crisis económica y social en su país.
La situación en la frontera entre Venezuela y Guyana es cada vez más delicada, con el riesgo latente de un conflicto armado que podría desestabilizar toda la región. Mientras se observa un aumento de la retórica y la acción hostil por parte de Venezuela, la comunidad internacional sigue de cerca los acontecimientos y busca soluciones diplomáticas para evitar una escalada peligrosa.