Este miércoles, 31 de julio, el Comité Permanente de la OEA se reunirá en Washington para analizar la crisis generada por el reciente triunfo electoral de Nicolás Maduro, en medio de acusaciones de manipulación de resultados.
La situación ha polarizado a América Latina, donde países como Bolivia, Cuba, Nicaragua y Honduras respaldan a Maduro, mientras que Estados Unidos, Argentina y otros países de la región buscan presionar por una revisión de los resultados.
La OEA, liderada por Luis Almagro, ha expresado la necesidad de que la oposición venezolana tenga acceso a las actas electorales.
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Un borrador de resolución, que se discutirá hoy, insta al Consejo Nacional Electoral de Venezuela a publicar los resultados por mesa y a realizar un recuento supervisado por organismos internacionales.
Estados Unidos, junto a líderes como Javier Milei y Gabriel Boric, está impulsando esta iniciativa, buscando un consenso que incluya a Brasil y Colombia, quienes también abogan por la transparencia electoral.
A medida que avanza la reunión, se espera que surjan negociaciones clave que definan el rumbo de la respuesta internacional ante la crisis venezolana, donde la presión por parte de la comunidad internacional se intensifica en busca de una solución democrática y transparente.
Una resolución de la OEA sobre la crisis electoral en Venezuela tendría un importante impacto diplomático y político, aunque su efectividad real dependerá de la posición que adopten los países miembros:
Una resolución que desconozca la legitimidad de las elecciones y pida un recuento supervisado por observadores internacionales representaría una fuerte presión diplomática sobre el gobierno de Maduro.
Sería un respaldo a las denuncias de fraude de la oposición venezolana.
Sin embargo, para que la resolución sea aprobada se requiere una mayoría calificada de dos tercios de los países miembros.
Países como Bolivia, Cuba, Nicaragua y Honduras apoyan a Maduro, mientras que Brasil y Colombia tienen una posición más moderada. Lograr ese consenso será difícil.
Incluso si se aprueba, Venezuela ya renunció a su membresía en la OEA, por lo que no está obligada a acatar sus decisiones. Aun así, una resolución crítica le restaría legitimidad internacional al gobierno de Maduro.
La OEA carece de mecanismos para imponer sanciones económicas o políticas. Su impacto sería principalmente simbólico y diplomático, presionando a Venezuela a través de la opinión pública regional e internacional.
La salida de Venezuela de la OEA le permite evadir sus resoluciones, pero también pierde un potencial espacio de negociación y mediación para resolver la crisis.
Trasladar el debate a otros foros regionales como la CELAC o UNASUR, donde se decide por consenso, favorece a Maduro.
La resolución podría avivar las protestas en Venezuela, donde ya hay descontento por las acusaciones de fraude electoral.
Esto podría llevar a un aumento en la represión por parte del gobierno, generando un ciclo de violencia y desestabilización.
Andrés Manuel López anuncia que México no asistirá a la reunión convocada por la OEA
El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que la canciller Alicia Bárcena no asistirá a la reunión de la OEA programada para hoy, donde se discutirá la situación post-electoral en Venezuela.
López Obrador criticó la actitud «intervencionista» del organismo y la parcialidad del secretario general, Luis Almagro, quien se pronunció a favor de un candidato antes de los resultados.
El mandatario insistió en la necesidad de presentar pruebas y actas del proceso electoral para garantizar una solución pacífica al conflicto en Venezuela.