Este miércoles, un acto de violencia sacudió a Eslovaquia cuando el primer ministro Robert Fico fue blanco de un intento de asesinato, recibiendo cinco disparos luego de una reunión gubernamental en la ciudad de Handlova.
A pesar del ataque que puso en peligro su vida, Fico logró salir con éxito de una prolongada cirugía.
Las autoridades señalaron que el ataque se produjo por motivos políticos, como lo afirmaron el ministro de Defensa, Robert Kaliňák, y el ministro del Interior, Matúš Šutaj Eštok. Este último mencionó que el sospechoso tomó la decisión poco después de las elecciones presidenciales, refiriéndose al acto como un ataque a la democracia.
La presidenta de Eslovaquia, Zuzana Čaputová, condenó la violenta acción calificándola de «brutal e imprudente». Además, destacó que el creciente discurso de odio y la división política en Eslovaquia habían contribuido al escalofriante atentado. Kaliňák afirmó que «el odio no es una respuesta al odio» y llamó a una reflexión profunda sobre el clima político del país.
El ministro Šutaj Eštok reveló que el agresor expresó su desacuerdo con diversas decisiones gubernamentales, incluyendo reformas legales y políticas adoptadas bajo la administración de Fico. Estas medidas generaron controversias y manifestaciones pacíficas, pero intensas, en todo el país.
El sospechoso, descrito como un «lobo solitario», enfrenta cargos por intento de asesinato según informó el ministro del Interior. Aunque no se ha revelado su identidad, se ha detallado que su disconformidad con el gobierno motivó el ataque.