Este sábado, Pedro Urruchurtu Noselli, disidente venezolano, denunció que funcionarios encapuchados de la policía y el SEBIN rodearon la Embajada argentina en Caracas, armados y con drones, intensificando el asedio a los seis opositores asilados allí.
Los agentes bloquearon accesos y cortaron la señal móvil, buscando intimidar a los asilados que llevan meses bajo protección. El Comando con Venezuela alertó al mundo sobre la situación, exigiendo el cese de la persecución.
Edmundo González Urrutia también advirtió sobre el peligro que enfrentan los refugiados. Este asedio se suma a incidentes previos, incluyendo cortes de electricidad y revocaciones de permisos de seguridad por parte del régimen.
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La situación ha generado tensiones diplomáticas entre Argentina y Venezuela, con el gobierno argentino reafirmando su compromiso de proteger a los asilados. Brasil, que anteriormente custodiaba la embajada, rechazó la decisión venezolana de revocar su permiso.
La comunidad internacional observa con preocupación el deterioro de los derechos humanos en Venezuela y el creciente hostigamiento a la oposición.