A medida que se acercan las fechas clave en la política venezolana, la figura del excandidato opositor Edmundo González Urrutia se ha convertido en el centro de una intensa controversia. A pesar de su intención de regresar a Venezuela para juramentarse como presidente el próximo 10 de enero, el fiscal general de la República, Tarek William Saab, ha recordado que González enfrenta una orden de captura que resultaría en su detención inmediata al ingresar al país.
En una entrevista con la agencia AFP, el fiscal Saab fue claro al afirmar: “Él sabe que si entra a Venezuela es detenido de manera automática”. Esta declaración subraya la firmeza del gobierno de Nicolás Maduro frente a la oposición, especialmente tras las elecciones presidenciales del 28 de julio, en las que González se proclamó vencedor.
Sin embargo, el Consejo Nacional Electoral (CNE) declaró a Maduro como el ganador, lo que ha llevado a la oposición a denunciar un fraude electoral.La Fiscalía ha solicitado a González por varios delitos, incluyendo forjamiento de documentos públicos e instigación a la desobediencia de las leyes.
Se le acusa de estar detrás de la página web «Resultados Con Vzla», donde la oposición publicó actas de votación que supuestamente respaldan su victoria. La situación se complica aún más con el anuncio reciente del Ministerio del Interior, Justicia y Paz, Diosdado Cabello, quien también advirtió sobre el retorno de González, sugiriendo que hay un “comité de bienvenida” preparado para recibirlo en el aeropuerto.
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El fiscal Saab no se limitó a González; también mencionó que María Corina Machado está siendo investigada, aunque no aclaró si existe una orden de captura en su contra. La líder opositora ha denunciado esta persecución como un intento del gobierno por silenciar a sus críticos. En respuesta a las acciones judiciales contra González, Machado afirmó que estas solo logran cohesionar más a la oposición y aumentar el apoyo hacia él.
Desde su exilio en España, González ha manifestado su intención de regresar y ha afirmado contar con el respaldo de un comité de la Unión Europea dispuesto a acompañarlo en su llegada. Sin embargo, las advertencias sobre su detención han generado dudas sobre la viabilidad de su plan.
