La Cámara de Representantes de Estados Unidos ha dado un paso significativo en su política hacia Venezuela al aprobar la llamada «Ley Bolívar», una legislación bipartidista que busca reforzar las sanciones contra el régimen de Nicolás Maduro.
Este proyecto de ley, oficialmente denominado Ley de Prohibición de Operaciones y Arrendamientos con el Régimen Autoritario Ilegítimo de Venezuela, prohíbe al gobierno estadounidense contratar a personas o empresas que tengan lazos comerciales con el gobierno venezolano, considerado ilegítimo por Washington.
Contenido de la Ley Bolívar
La Ley Bolívar fue presentada por los representantes de Florida, el republicano Mike Waltz y la demócrata Debbie Wasserman Schultz. Ambos legisladores han expresado su firme convicción de que Estados Unidos debe mantener y ampliar las sanciones existentes contra el régimen de Maduro para limitar sus recursos y evitar abusos contra el pueblo venezolano.
«Esta legislación envía un mensaje claro y poderoso a Maduro, así como a otros dictadores de todo el mundo, de que no habrá apaciguamiento, no habrá tolerancia, no habrá recompensa por sus acciones ilegales y deshonestas», afirmó Waltz en un comunicado.
La legislación también establece que cualquier gobierno sucesor del régimen de Maduro que no sea reconocido como legítimo por Estados Unidos estará sujeto a las mismas prohibiciones. Esto implica que la ley no solo afecta al actual gobierno venezolano, sino que se extiende a futuros gobiernos que puedan surgir en el país sin el reconocimiento estadounidense.
El apoyo a la Ley Bolívar ha sido notablemente bipartidista, lo que refleja una preocupación común entre republicanos y demócratas sobre la situación en Venezuela. La congresista Wasserman Schultz destacó su orgullo por liderar esta iniciativa, afirmando que «cortará la red de apoyo de Maduro» y enviará un mensaje claro sobre la intolerancia estadounidense hacia la represión antidemocrática.
El proyecto también cuenta con el respaldo de otros congresistas prominentes, incluidos María Elvira Salazar, Carlos Giménez y Mario Díaz-Balart, todos ellos con raíces cubanas. Este apoyo resalta una tendencia en el Congreso estadounidense hacia una política más dura contra regímenes considerados autoritarios en América Latina.
La aprobación de esta ley se produce en un contexto donde Estados Unidos no reconoce al régimen de Maduro, pero sí ha mostrado reconocimiento hacia Edmundo González Urrutia, quien fue proclamado como ganador de las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio. Sin embargo, estas elecciones han sido ampliamente criticadas por observadores internacionales y la oposición venezolana, quienes argumentan que no fueron libres ni justas.
El ministro de Relaciones Exteriores venezolano, Yván Gil, rechazó categóricamente la Ley Bolívar, calificándola como una violación a la soberanía nacional y una ofensa al legado del Libertador Simón Bolívar. Gil argumentó que esta legislación busca impedir cualquier tipo de cooperación económica entre Venezuela y Estados Unidos, sumándose a más de 930 medidas coercitivas impuestas por Washington.
Lea también: Delcy Rodríguez confirma 11 detenciones por explosión en el complejo operativo Muscar de Pdvsa
Waltz concluyó su declaración instando al Senado a aprobar rápidamente este importante proyecto de ley para enviarlo al escritorio del presidente para su firma. La expectativa es que el Senado también muestre un respaldo considerable a esta legislación dada la creciente preocupación por los abusos del régimen venezolano.
Los expertos advierten que aunque la Ley Bolívar puede parecer un paso firme contra Maduro, en realidad no introduce nuevas restricciones significativas en comparación con las sanciones existentes. Sin embargo, su efecto simbólico podría ser relevante en términos de política internacional y en la percepción pública sobre el compromiso estadounidense con los derechos humanos en Venezuela.