Tres de los seis opositores venezolanos asilados en la Embajada de Argentina en Caracas ofrecieron una rueda de prensa telemática para denunciar la crítica situación que enfrentan, marcada por cortes eléctricos, restricciones de servicios básicos y un aumento de la presencia policial en las inmediaciones de la sede diplomática.
Pedro Urruchurtu, Magalli Meda y Omar González, quienes han estado refugiados desde marzo, alertaron sobre un asedio constante que ha escalado en las últimas semanas.
Durante la videollamada, Omar González destacó el incremento de oficiales de seguridad en las cercanías de la embajada, incluso dentro de las casas aledañas. “La situación ha escalado… estamos sometidos a un asedio constante”, afirmó el exdiputado. González describió a los agentes de seguridad como «encapuchados, con trajes camuflados y fusiles Kalashnikov», lo que refleja un ambiente de alta tensión y peligro.
“Esto es parte de la tortura que estamos recibiendo por luchar simplemente por la libertad y la democracia en Venezuela”, agregó. La denuncia se intensificó tras la difusión de una imagen que muestra a un presunto francotirador oculto en un jardín vecino. Magalli Meda también advirtió que los seis asilados se encuentran en “una situación de alto riesgo”.
La presión ejercida por el régimen de Nicolás Maduro ha llevado a los opositores a calificar su situación como un acoso público y una violación flagrante del derecho al asilo.
Los asilados han enfrentado condiciones precarias desde hace semanas. Pedro Urruchurtu informó que desde el pasado lunes están sin electricidad debido al robo de fusibles eléctricos y que se les ha impedido el acceso a agua potable.
«Estamos racionando el agua que queda en el tanque», comentó, señalando que esta situación es insostenible. La falta de servicios básicos ha llevado a los opositores a depender de generadores para realizar tareas esenciales.
El clima de asedio no solo afecta su bienestar físico, sino que también tiene un impacto psicológico significativo. “Esto es un terrorismo psicológico”, declaró González, enfatizando el efecto del constante acoso y vigilancia sobre su salud mental.
Los tres opositores hicieron un llamado urgente a la comunidad nacional e internacional para que se tomen medidas concretas ante lo que consideran un “asedio criminal”. La mayor coalición opositora, Plataforma Unitaria Democrática (PUD), ha solicitado presión internacional para cesar este asedio y emitir salvoconductos para los asilados.
«No somos una amenaza para nadie», subrayó Meda, refiriéndose a las elecciones presidenciales y al uso del asilo como mecanismo de coacción por parte del régimen. El contexto político en Venezuela es cada vez más tenso.
Tras las elecciones recientes, donde el chavismo fue acusado de fraude, los opositores han visto incrementadas las represalias del gobierno. La situación en la embajada argentina refleja no solo el riesgo personal que enfrentan estos asilados, sino también una estrategia más amplia del régimen para silenciar a sus críticos.
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La situación en la embajada ha captado la atención internacional, con expresidentes latinoamericanos y españoles denunciando el uso del recinto diplomático como una prisión política. Desde septiembre, cuando Brasil asumió la custodia de la embajada tras la ruptura de relaciones entre Caracas y Buenos Aires, las condiciones han empeorado significativamente.
Los asilados ahora dependen únicamente del personal local para su alimentación y cuidados básicos, mientras que los funcionarios brasileños han sido excluidos del lugar.