Este viernes, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) se atribuyó el atentado contra una base militar en Arauca, Colombia, que dejó tres muertos y 26 heridos.
Este ataque ha llevado al gobierno colombiano a suspender los diálogos de paz con la guerrilla, lo que podría marcar un retroceso significativo en los esfuerzos por alcanzar la reconciliación en el país.El ataque ocurrió el pasado martes en el cantón militar de la Fuerza de Tarea Quirón, ubicado en Puerto Jordán.
En un comunicado, el ELN justificó su acción como una respuesta legítima a la supuesta protección que las fuerzas militares brindan a grupos criminales, incluyendo a una banda liderada por alias ‘Pescao’. El grupo insurgente afirmó que durante el ataque hubo más de 30 bajas entre las fuerzas armadas.
Consecuencias inmediatas del ataque
El gobierno colombiano, liderado por el presidente Gustavo Petro, confirmó la suspensión de las negociaciones de paz tras este acto violento.
Petro calificó el ataque como un «cierre del proceso de paz con sangre», reflejando la gravedad del incidente y sus repercusiones en la política de seguridad del país.
La situación se agravó con la muerte del sargento viceprimero Fabio Andrés Zúñiga, quien sucumbió a sus heridas un día después del atentado.
El ELN había iniciado diálogos de paz con el gobierno en noviembre de 2022, pero las tensiones han aumentado desde entonces.
En su comunicado, la guerrilla aseguró haber cumplido con los acuerdos previos y criticó al gobierno por no haber respondido adecuadamente a sus propuestas.
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Un futuro incierto para la paz en Colombia
El comandante del ELN, Eliécer Herlinto Chamorro, alias ‘Antonio García’, manifestó que el proceso de paz podría continuar a pesar de la falta de un cese al fuego.
Sin embargo, las recientes acciones del ELN han puesto en duda la viabilidad de cualquier acuerdo futuro.
Este atentado se suma a una larga historia de violencia y desconfianza entre el gobierno colombiano y grupos insurgentes, lo que complica aún más la búsqueda de una solución pacífica al conflicto armado en el país.
Con esta escalada de violencia, Colombia enfrenta un futuro incierto en sus esfuerzos por lograr una paz duradera.
La comunidad internacional observa con atención cómo se desarrollan estos acontecimientos y qué pasos tomará el gobierno para abordar esta crisis.