Tokio inició su proceso electoral para seleccionar a su próximo gobernador, con dos mujeres destacando como los principales contendientes: la actual ocupante del cargo, Yuriko Koike, y la opositora Renho.
En un entorno político nipón mayoritariamente controlado por hombres, esta elección destaca por ofrecer una alternativa única.
Una batalla entre las candidatas
Yuriko Koike, conservadora expresentadora de televisión de 71 años, ha dirigido Tokio desde 2016 y cuenta con el respaldo del primer ministro Fumio Kishida, aunque previamente se distanció del Partido Liberal Democrático.
Las encuestas sugieren que podría asegurar un tercer mandato en la metrópolis, donde la población envejece y las tasas de natalidad son preocupantemente bajas.
Por otro lado, Renho, quien se identifica solo con un nombre, promete apoyar a los jóvenes e implementar políticas para expandir sus oportunidades.
Respaldada por partidos opositores, Renho destaca su enfoque en soluciones a largo plazo para abordar la crisis demográfica que enfrenta Japón.
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Compromisos electorales en medio de desafíos sociales
La elección se da en un contexto de declive poblacional en Japón, con cifras de fertilidad históricamente bajas que reflejan una tasa preocupante de 1,2 hijos por mujer en promedio.
En Tokio, la situación es aún más crítica, con solo 0,99 hijos por mujer. Ambas candidatas han prometido medidas para fortalecer el apoyo a guarderías, educación infantil y salud materna, en un intento por abordar los desafíos demográficos que afectan al país.
Con un récord de 56 candidatos participando en esta elección, la votación se lleva a cabo con el cierre de las urnas programado para las 20H00 locales (11H00 GMT), dando lugar a un escrutinio que definirá el rumbo político de la bulliciosa ciudad de 14 millones de habitantes.
La reelección de Yuriko Koike como gobernadora de Tokio podría tener un importante impacto en la política nacional japonesa.
Koike cuenta con el apoyo del impopular primer ministro Fumio Kishida y su Partido Liberal Democrático (PLD), pese a que se separó de la agrupación en 2017. Una victoria de Koike podría fortalecer al PLD de cara a las primarias internas y las elecciones generales previstas para 2025.
Sin embargo, una derrota de Renho, la candidata apoyada por la oposición, podría llevar al líder del Partido Constitucional Democrático (PCD), Kenta Izumi, a asumir responsabilidades y generar dudas sobre su futuro, debilitando aún más a la oposición.
Los votantes japoneses no participan directamente en la elección del primer ministro, que es ocupado por el presidente del partido más votado en las generales. El resultado en Tokio podría definir el curso no sólo del PLD, sino también de la oposición.
Una nueva derrota del PLD en las elecciones a gobernador, después de las recientes pérdidas en tres elecciones parciales, podría debilitar aún más su capacidad para gobernar.
El sexismo, un obstáculo importante para las candidatas a gobernadora de Tokio
Cuando Yuriko Koike se postuló por primera vez en 2016, su campaña estuvo marcada por insultos y acusaciones sexistas que cuestionaban su apariencia y capacidad para liderar. Incluso su propio partido, el PLD, sorprendentemente apoyó a un candidato rival en lugar de respaldarla.
Los ataques sexistas contra Koike, incluyendo comentarios despectivos sobre su aspecto y estilo de liderazgo, reflejaron prejuicios arraigados en la sociedad japonesa dominada por hombres.
Sin embargo, el apoyo popular a Koike se mantuvo sólido.
Diversos estudios han constatado cómo el sexismo y los estereotipos de género en los medios de comunicación y la publicidad influyen en la percepción y aceptación de la población, especialmente en la adolescencia.
Las mujeres tienden a ser más sensibles al sexismo y a rechazar más los estereotipos de género en la política y los medios que los hombres.
El tratamiento sexista y los estereotipos de género en los medios de comunicación japoneses han sido un obstáculo importante para las candidatas como Yuriko Koike, perpetuando prejuicios machistas en la sociedad.
Los medios tienen una gran responsabilidad en erradicar el sexismo y promover la igualdad en la política y la sociedad en general.
En un momento decisivo para Tokio, la competencia por la gobernación entre Yuriko Koike y Renho destaca la presencia cada vez más relevante de las mujeres en la política japonesa, desafiando las tradicionales estructuras de poder en una sociedad marcada por la predominancia masculina.