Todo lo que sube tiene que bajar, y Xabi Alonso lo sabe hoy mejor que nunca. El Bayer Leverkusen, que había mantenido un impresionante invicto de 35 partidos en la Bundesliga, sufrió su primera derrota de la temporada ante el RB Leipzig en un emocionante encuentro que terminó 3-2. Este revés llegó más temprano de lo esperado, justo en el segundo compromiso del torneo, dejando al equipo con la sensación de que había abandonado su mejor momento.
Leverkusen y la Bundesliga
La temporada comenzó con expectativas altas para el Leverkusen, actual campeón de la Bundesliga. Sin embargo, los primeros partidos han sido un reflejo de claroscuros. El empate en el Allianz Arena contra el Bayern Múnich no fue del todo decepcionante, pero el posterior 1-1 en casa contra el recién ascendido Holstein Kiel fue visto como un tropiezo inaceptable. Este resultado subrayó una verdad fundamental en el fútbol: no hay equipos pequeños.
La derrota ante Leipzig fue un golpe de realidad para Alonso y su plantilla, que se vieron obligados a reflexionar sobre su rendimiento. A pesar de haber comenzado bien, con goles de Jeremie Frimpong y Alejandro Grimaldo que les otorgaron una ventaja de 2-0, el equipo permitió que Leipzig regresara al partido y finalmente se llevara la victoria. “No es una buena señal”, comentó Alonso tras el partido, reconociendo que su equipo no mostró el control necesario en la segunda mitad.
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A pesar de este tropiezo, el Leverkusen mostró signos de recuperación al vencer al Eintracht Frankfurt en su siguiente partido. Esta victoria fue crucial y sirvió como una prueba de carácter ante uno de los equipos más explosivos de la liga. Alonso destacó la importancia de este triunfo como un paso necesario para reafirmar su posición en la tabla general.