Las impresiones del partido empezaron desde antes del inicio de juego, cuando en las alineaciones el seleccionador Serhiy Rebrov decidió dejar en el banquillo al arquero, que fue clave para el Real Madrid en la temporada, Andriy Lunin sustituido por Anatoli Trubin, quien estuvo presente en varias intervenciones puntuales.
Ambos clubes decidieron jugar de una manera similar, con la intención de estar bien plantados en defensa para poder depender de las individualidades en ataque. Así fue como Eslovaquia consiguió el primer tanto, en un momento de picardía sorprendieron a los ucranianos con un gol de quien también le anotó a Bélgica, Ivan Schranz, les dio la ventaja momentánea.
El empate
Ucrania no se dio por vencido, en cuanto se vieron por debajo en el marcador sabían que la derrota los dejaba prácticamente fuera, así que se centraron en ir hacia adelante, mediante jugadores como Mudryk y Dovbyk, pero el que les dio el empate fue un mediocampista proveniente del Dínamo de Kiev, Shaparenko, anotó el primer gol de Ucrania en toda la Eurocopa.
La victoria de Ucrania frente a Eslovaquia
Pero eso no se quedaría ahí, los ucranianos siguieron rondando por la portería de Dubravka, hasta que, desde el banquillo, el jugador del Valencia Roman Yaremchuk salió y le dio la vuelta al marcador para que su selección pudiera seguir soñando y estar más viva que nunca en esta competición.
Yaremchuk ‘pinchó’ el balón, a Eslovaquia y a Bélgica, a la que la victoria de Ucrania le deja en apuros (colistas con ningún puntos, mientras el resto de rivales suman tres). Su control en el área de un balón que le caía del cielo de espaldas y su posterior remate será recordado en Ucrania. Ese gol le dio a su país una victoria que necesitaba por tantísimas cosas, entre otras para meterse de lleno en la pelea por estar en los octavos de final de la Eurocopa.
Las lágrimas con las que se fue el terreno del juego el delantero hablaban por sí solas. Lágrimas de felicidad entre tanta tristeza. Ucrania se libera con esta victoria y talento tiene a raudales, así que veremos hasta dónde llegan tras darle la vuelta al gol inicial de Scharnz gracias a los goles de Schaparenko y de Yaremchuk.
Los peores presagios para Lunin se cumplieron en los prolegómenos. Del concierto de Rumanía al banquillo en Düsseldorf. La factura de los platos rotos la pagaron él, Tsygankov, Stepanenko y Konoplya. Rebrov agitó el avispero con Trubin, Tymchyk, Brazhko y Yarmolenko. Pero la fuerza con la que llegó al torneo ucrania era cosa de todos: de los señalados, de los novatos, de los que repitieron y del entrenador.