El pasado jueves 12 de diciembre de 2024, Jesús Rafael Álvarez, un preso político recluido en el Complejo Penitenciario Carabobo, conocido como cárcel de Tocuyito, murió en circunstancias aún no aclaradas.
Su fallecimiento ha suscitado una ola de protestas y denuncias sobre las condiciones de detención en Venezuela.
Álvarez, de 44 años y originario de Anaco, estado Anzoátegui, había sido detenido el 2 de agosto tras las protestas poselectorales.
Según informes, su salud se deterioró gravemente antes de su muerte, y se le negó atención médica adecuada. A pesar de las súplicas de sus compañeros de celda, no fue trasladado a la enfermería hasta que su condición se volvió crítica.
Su hijo se enteró de la muerte a través de redes sociales y reconoció el cuerpo en la morgue, donde lo encontró visiblemente inflamado. La familia ha enfrentado dificultades para recuperar el cadáver debido a la negativa del penal a confirmar su fallecimiento.
La muerte de Jesús Rafael Álvarez es un recordatorio escalofriante de las condiciones inhumanas en las cárceles venezolanas.
Organizaciones como el Observatorio Venezolano de Prisiones han denunciado este hecho y exigido justicia, mientras que la familia clama por respuestas y la liberación de otros presos políticos.