La leyenda de la NBA se convierte en el centro de atención durante el partido entre el Mónaco y el Barcelona.
La presencia de Michael Jordan en el estadio Luis II, donde el Mónaco venció 2-1 al Barcelona en la Champions League, dejó a los aficionados boquiabiertos.
Acompañado por su esposa Yvette Prieto, Jordan interactuó con los hinchas y el presidente del club catalán, Joan Laporta.
Sin embargo, su aparición generó preocupación en redes sociales debido a la pigmentación amarilla de sus ojos.
Un médico cercano a su familia aclaró que no hay motivos para alarmarse, describiendo sus ojos como «anictericos» y explicando que presentan una «esclerótica sucia».
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Además, una fuente cercana aseguró que Jordan está bien y disfruta de su vida, jugando al golf regularmente.
Este revuelo recuerda los comentarios surgidos durante el documental «The Last Dance», donde también se notaron manchas similares en sus ojos.
La incomodidad de Jordan ante estas especulaciones fue evidente; no desea ser recordado como alguien enfermo.
Recientemente, también vendió su mansión en Highland Park, lo que ha añadido más interés a su vida fuera del baloncesto.