El reciente apoyo de Elon Musk y Vivek Ramaswamy a la expansión del programa de visas H-1B ha desatado un intenso debate entre los seguidores del presidente electo de EE.UU., Donald Trump, sobre cómo encajará esta iniciativa en la agresiva agenda de inmigración de la próxima administración.
Musk y Ramaswamy, quienes han sido designados por Trump para liderar su “departamento de eficiencia de Gobierno”, argumentan que las empresas tecnológicas dependen de trabajadores altamente calificados que provienen del extranjero, lo que ha generado reacciones encontradas dentro del movimiento MAGA (Make America Great Again).
En una serie de publicaciones en redes sociales, Musk enfatizó la necesidad urgente de aumentar el número de ingenieros en EE.UU., sugiriendo que las empresas tecnológicas necesitan “el doble” de talento para seguir siendo competitivas. Comparó la situación con un equipo deportivo profesional que debe reclutar a los mejores talentos del mundo para ganar campeonatos. «Si quieres que tu EQUIPO gane el campeonato, necesitas reclutar el mejor talento, dondequiera que esté», escribió Musk en X (anteriormente Twitter).
En otra publicación, subrayó que atraer al 0.1% del talento en ingeniería es esencial para el futuro éxito de EE.UU. Ramaswamy, quien es hijo de inmigrantes indios, coincidió con Musk y defendió a las empresas que buscan mano de obra fuera del país. En sus comentarios, criticó la cultura estadounidense por “venerar la mediocridad sobre la excelencia”, argumentando que esto ha llevado a las empresas a buscar ingenieros capacitados en el extranjero. «Una cultura que celebra a la reina del baile sobre el campeón de las olimpiadas de matemáticas no producirá los mejores ingenieros», afirmó Ramaswamy, generando un debate sobre los valores culturales en EE.UU.
Sin embargo, estas declaraciones no fueron bien recibidas por algunos de los seguidores más leales de Trump, quienes temen que una expansión del programa H-1B socave sus deseos de limitar la inmigración y priorizar la mano de obra estadounidense. Activistas como Laura Loomer y comentaristas como Ann Coulter han criticado abiertamente a Musk y Ramaswamy por su postura, argumentando que esto podría resultar en una mayor competencia para los trabajadores estadounidenses.
La exembajadora ante la ONU, Nikki Haley, también se unió al coro de críticas. En respuesta a los comentarios de Ramaswamy, Haley instó a la próxima administración a priorizar a los trabajadores estadounidenses. «No hay nada de malo en los trabajadores estadounidenses o en la cultura estadounidense», escribió Haley. «Deberíamos invertir y priorizar a los estadounidenses, no a los trabajadores extranjeros».
Lea también: Cinco tornados azotan el sureste de Texas en un año de desastres naturales
El programa H-1B permite que 65,000 trabajadores altamente calificados emigren a EE.UU. cada año y otorga otras 20,000 visas a aquellos que han obtenido un título avanzado en el país. Este programa ha sido fundamental para el sector tecnológico, donde hay una alta demanda de habilidades especializadas. Sin embargo, Trump ha criticado el programa en el pasado, argumentando que permite a las empresas reemplazar a trabajadores estadounidenses con mano de obra extranjera más barata.
Durante su primer mandato, Trump restringió el acceso a las visas H-1B y ha señalado su intención de continuar con políticas restrictivas en este ámbito. Sin embargo, durante su campaña presidencial más reciente, mostró una apertura hacia otorgar estatus legal a algunos trabajadores extranjeros graduados en universidades estadounidenses. «Quiero otorgar residencia permanente a cualquier nacional extranjero que se gradúe de una universidad en EE.UU.», declaró Trump en un podcast.