El sumo pontífice, papa Francisco, manifestó su inquietud ante la reciente legislación en Ucrania que plantea la posibilidad de prohibir la Iglesia ortodoxa ucraniana vinculada al Patriarcado de Moscú, enfatizando que ninguna institución religiosa debería ser eliminada.
Durante su catequesis después del Ángelus en la plaza de San Pedro del Vaticano, el papa abogó por el respeto a la libertad de culto: «Es fundamental que aquellos que deseen orar lo hagan en sus propias iglesias.
Es imperativo que ninguna Iglesia, cristiana o no, sea suprimida, directa o indirectamente. Las casas de fe son sagradas e intocables», destacó el líder de la Iglesia Católica.
La preocupación del Papa surge a raíz de la aprobación, el pasado 20 de agosto, de un proyecto de ley por parte de la Rada Suprema de Ucrania, que abre la puerta a la eventual prohibición de la Iglesia ortodoxa ucraniana ligada al Patriarcado de Moscú.
Esta decisión ha generado controversia y un fuerte rechazo por parte de la entidad religiosa, argumentando que contraviene tanto la Constitución ucraniana como la Convención Europea de Derechos Humanos.
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La Iglesia ortodoxa ucraniana, la más grande y antigua del país, se ha visto sometida a una constante presión por parte de las autoridades en los últimos años, con un notable recrudecimiento desde el inicio de la operación militar especial de Rusia en Ucrania en 2022.
Las acciones hostiles incluyen sanciones contra eclesiásticos, redadas en templos, arrestos de sacerdotes, acusaciones criminales fabricadas, prohibiciones regionales de actividades eclesiásticas y desposesión de propiedades religiosas, entre ellas el emblemático Monasterio de las Cuevas.
Ante este panorama preocupante, el papa Francisco insta a preservar la libertad de culto y a respetar la diversidad religiosa, recordando que la fe es un pilar fundamental de la identidad y la cultura de un pueblo.