Colombia ha dado un paso significativo en la protección de los derechos de los animales al unirse a los países que prohiben oficialmente la tauromaquia. Este hito se concretó el 22 de julio de 2024, cuando el presidente Gustavo Petro firmó la ley “No más olé” en un emotivo evento celebrado en la Plaza Cultural La Santamaría, antigua Plaza de Toros de Bogotá.
La ley, que fue aprobada por el Congreso de la República de Colombia el 28 de mayo con una abrumadora mayoría de 93 votos a favor y solo 2 en contra, marca un cambio cultural profundo en la nación.
Firma del presidente colombiano
Durante la ceremonia, el presidente Petro destacó la importancia de esta legislación, afirmando que el lugar dejará de ser un símbolo de muerte y sufrimiento para convertirse en un espacio de cultura y vida.
«Hoy este lugar dejará de llamarse Plaza de Toros y empezará a llamarse Plaza Cultural La Santamaría. Esta plaza se llenará de cultura, de deporte, de vida, no de muerte», declaró el mandatario. Además, enfatizó que este cambio de mentalidad es crucial para el futuro del país y de sus jóvenes, instando a la sociedad a respetar la vida en todas sus formas.
Un hecho histórico en nuestro país: No más Olé.
Hoy se sancionó la ley que prohíbe las corridas de toros en Colombia. pic.twitter.com/ss48V4DJpW
— Laura Sarabia (@laurisarabia) July 23, 2024
La senadora Esmeralda Hernández, autora del proyecto de ley, también se pronunció sobre el significado de esta victoria legislativa. «Este es un acontecimiento que marca un antes y un después frente a la defensa de los animales», afirmó. Hernández subrayó que la ley es el resultado de décadas de lucha ciudadana y que su implementación será un paso hacia un país que rechace el maltrato animal.
La senadora también mencionó que se iniciará un periodo de transición de tres años para ayudar a los trabajadores del sector taurino a reconvertirse laboralmente, ofreciendo alternativas en áreas culturales y sostenibles. A partir de ahora, la ley prohibirá las corridas de toros, el rejoneo, las novilladas, las becerradas y las tientas en todo el territorio colombiano.
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Durante el cuarto año de implementación, se transformarán las plazas de toros en espacios culturales, adecuados para conciertos y actividades recreativas que fomenten el empleo y la economía local. Además, se discutirá el futuro de los toros de lidia, con la posibilidad de reubicarlos en santuarios o adoptar alternativas que garanticen su bienestar.
El Gobierno también se compromete a desarrollar un plan educativo en escuelas y colegios para promover el respeto y la protección de los derechos de los animales, asegurando que las nuevas generaciones crezcan con un entendimiento más profundo sobre la importancia de la vida y el bienestar animal.