En octubre de 2024, Argentina dejó de liderar el ranking de inflación en América Latina, tras un año en la cima, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
La inflación mensual se desaceleró al 2,7%, la cifra más baja desde noviembre de 2021. Sin embargo, el país enfrenta un aumento acumulado del 107% en lo que va del año y un alarmante 193% interanual.
La situación económica sigue siendo crítica. Venezuela asumió el primer lugar con un incremento mensual del 9,6%, impulsado por la depreciación del bolívar, que ha afectado gravemente los precios.
El Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) advierte que este efecto continuará en los próximos meses debido al rezago del tipo de cambio.
En contraste, otros países latinoamericanos reportaron cifras inflacionarias más moderadas. Brasil registró un aumento mensual del 0,56%, acumulando un 4,76% interanual.
Chile vio un incremento del 1%, su cifra mensual más alta en casi dos años. Uruguay y Bolivia también reportaron aumentos interanuales significativos del 5,01% y 7,94%, respectivamente.
A pesar de la mejora en su tasa mensual, Argentina continúa enfrentando desafíos económicos severos.
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La diversidad en las estrategias macroeconómicas de la región ha resultado en diferentes niveles de control inflacionario. Mientras algunos países como Colombia y Perú experimentaron deflación, otros como Venezuela y Bolivia siguen luchando con tasas elevadas.
Este panorama evidencia la complejidad de la economía latinoamericana, donde Argentina, aunque ha perdido el liderazgo inflacionario, sigue lidiando con una crisis que afecta a su población.
La situación resalta la necesidad urgente de políticas efectivas para estabilizar la economía y mitigar el impacto en los ciudadanos.