El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, condenó enérgicamente la supuesta presencia de mercenarios rusos del grupo Wagner en Venezuela, colaborando con las fuerzas gubernamentales para reprimir protestas ciudadanas tras las controvertidas elecciones presidenciales del 28 de julio.
Zelenski afirmó que «dondequiera que vayan estos matones, traen muerte y desestabilización», calificando la situación como un claro ejemplo de la intromisión rusa en asuntos internos de otros países y su estrategia de sembrar caos a nivel global.

El mandatario ucraniano instó a resolver la crisis venezolana por vías pacíficas y democráticas, condenando el uso de la fuerza contra manifestantes y exhortando a respetar la voluntad popular.
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«Los verdaderos líderes no se esconden de su propio pueblo tras las espaldas de los mercenarios», sentenció.
La presencia del grupo Wagner en Venezuela no es nueva. En 2019, se reportó que esta empresa privada rusa operaba en el país para proteger al gobierno de Nicolás Maduro, cobrando supuestamente $240,000 diarios por sus servicios.

Esta denuncia se suma a las preocupaciones sobre la creciente influencia rusa en América Latina, utilizando grupos mercenarios para defender sus intereses geopolíticos y económicos en la región.